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Voto de Reaccionario:
3
Drama Ernesto hace un viaje a la provincia argentina de San Luis, a un remoto pueblo en un valle puntano, para recordar su infancia y las circunstancias que han determinado su vida: sus padres se habían exiliado voluntariamente de Buenos Aires para vivir en una comunidad campesina. La llegada de un geólogo español, contratado por el cacique local para buscar petróleo, representa una amenaza para la forma de vida de los campesinos. (FILMAFFINITY) [+]
3 de julio de 2013
18 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adolfo Aristarain toca en "Un lugar en el mundo" muchas cosas y ya por eso parece que es una joya de la cinematografía. Pues no. No te puedes olvidar de lo que has añadido. Por ejemplo, cierto personaje quema algo que es importante. ¿Y pasa algo? Nada, como si no hubiera existido. Pues de estas incoherencias hay algunas más. No niego que la película sea moderadamente sentimental, que los personajes no estén mal construidos, que haya una crítica social palpable o unas cuantas reflexiones a discutir pero también, que prácticamente no hay historia, que es aburrida, que es bastante maniquea y que a fin de cuentas, el director nos quiere contar otra vez los mismos rollos con los que la progresía se adorna para dar pena, demonizar al resto del mundo o explicar su fracaso.

Lo peor de todo es que el discurso no cuela y causa irritación por su obstinada defensa. Para empezar, los personajes se retratan como anarquistas, montoneros, ateos, comunistas o utópicos. Pero, estas ideologías ¿han conseguido alguna mejoría para el pueblo? Ninguna, sino la muerte, la pobreza y la degradación del ser humano. ¿Se arrepienten entonces? Menos aún. Ellos siguen soñando con un "mundo mejor", que en realidad debe ser un lugar horrible. ¿Que hacen ahora? Montar una especie de chiringuito en el que son los amos. ¿Funciona? Para nada, Lo que hacen es repartir la pobreza porque no entienden ni de economía, ni de psicología, ni de nada que no sean los clichés habituales. Pero les da igual. Dicen que están con los oprimidos y se dan por satisfechos.

Dicho esto, existe el caciquismo, el abuso de poder, la especulación urbanística o la pobreza. Pero yo también estoy con los perdedores y eso me lleva precisamente a defender lo contrario de lo que plantean los utópicos de "Un lugar en el mundo". El capitalismo podrá tener muchos defectos, de hecho, yo lo critico severamente, pero aún así resulta más eficaz que estos sistemas comunales subvencionados que se dibujan aquí. Esa es la tragedia, que la gente apoya algo malo temiendo lo peor, que es lo que proponen estos. De todos modos, estos antaño radicales, ¿No creen en el sistema? ¿En la democracia? ¿En los derechos sociales garantizados por infinidad de textos legales? ¿A que viene entonces este desengaño? Y si no creen, bienvenidos al club.
Reaccionario
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