Resulta que la película franquista por antonomasia, esa que recoge más fielmente los valores que cristalizaron en el Alzamiento Nacional, no es española sino italiana. En realidad se vendió como una coproducción entre ambos países pero la participación hispánica quedó reducida a Rafael Calvo y algún detalle. En fin, que estamos en 1940 cuando se estrena "Sin novedad en el Alcázar", una obra que como su título indica narra las peripecias entre sitiados y sitiadores en esta construcción militar en Toledo, al poco de la sublevación del 18 de Julio. Ya en su momento se convirtió en una hazaña heroica para el bando rebelde, difundida de inmediato a todo el mundo por la ingente cantidad de reporteros, periodistas y corresponsales que pululaban por nuestro país, con motivo de nuestra Guerra Civil Española (1936-1939).

Desde el punto de vista cinematográfico el largometraje tiene los defectos de aquella época. Por ejemplo, peca de grandilocuente, de falta de espontaneidad en las interpretaciones, los diálogos y las ideas. Pretende ser siempre solemne pero lo acaba siendo es demasiado pomposa. Dicho esto, tiene cierto ritmo, los efectos especiales son defendibles y la conjunción de la trama bélica con la dramática da buen resultado, aunque obviamente no tanto como en "Casablanca" (1942), que también va por ahí. Ahora bien, vamos al lío, la película no deja de ser propagandística, con algunos anacronismos para ensalzar a Franco, pero no tanto como pudiera pensarse. De hecho, los republicanos, especialmente los militares, no son demonizados pero sobre todo, lo esencial de la trama fue rigurosamente cierto.