Prometía mucho "Una terapia peligrosa", por las críticas positivas recibidas, por la presencia de dos grandes de la interpretación como Robert De Niro y Billy Cristal y, sobre todo, por un argumento excelente. Lo malo es que Harold Ramis lo retuerce de un modo equivocado. Concretamente un servidor tenía en mente algo muy diferente a lo que nos ofrece a la postre. La idea de juntar a un mafioso con serios problemas de ansiedad, Paul Vitti (De Niro) con un psiquiatra como Ben Sobol (Crystal) que lo someta a terapia me pareció muy ocurrente. Sin embargo, entre una cosa y otra, Ramis no explota el filón, se queda en una comedia que empieza floja, se calienta en la parte central y decae nuevamente al final. Algún diálogo gracioso y la parodia al cine de gánsteres. Insuficiente para lo que podía haber sido.

La clave de semejante fallo está en que la historia es demasiado convencional, al mezclar el tratamiento de una especie de trauma de Paul con la acción y una subtrama mafiosa completamente prescindible. Mientras tanto aparecen intrigas, bandas rivales que quieren matarlo y hasta el FBI. Yo en cambio pensé que la historia iba a ser muy diferente. Que Paul iría a ver al doctor Sobol y este le iría aplicando terapias para ir eliminando las zonas erróneas de su personalidad. Y que luego Paul Vitti debería aplicar en sus quehaceres cotidianos. Por ejemplo, como controlar la ira, desterrar pensamientos negativos, tener autoestima o abrirse emocionalmente. La gracia está precisamente en esto, en combinar la violencia de la mafia con el crecimiento personal de la psicología, cosa que por desgracia no hace Harold Ramis.