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4
Comedia Una joven adolescente, Cady (Lindsay Lohan), acostumbrada a vivir en África con sus padres zoólogos, se encuentra una nueva jungla cuando se muda a Illinois. Allí acude a la escuela pública, donde se enamorará del ex-novio de la chica más popular del colegio (Rachel McAdams). Las chicas comenzarán a hacer la vida imposible a Cady, y ésta no tendrá otro remedio que usar sus mismas tácticas para mantenerse a flote. (FILMAFFINITY)
6 de diciembre de 2015
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Chicas malas" a veces divierte y tiene un elenco protagonista de cierto atractivo, en especial Lindsay Lohan, Rachel McAdams (atención a su disfraz de conejita) y Amanda Seyfried, quién me lo iba a decir pero está mona y no creo que solamente porque hace de retrasada de tonta que es. Por cierto, ojo también a cuando van de ayudantes de Santa Claus. Pero, aunque de filosofía boba, su importancia está en que incide en un aspecto fundamental: la imagen de lo femenino. Especialmente a partir del siglo XVI, uno de los modelos de más éxito respecto a la naturaleza de la mujer, junto a la infantilización, ha sido el relacionado con la aristocracia. Es decir, las virtudes y características de la nobleza eran las tradicionalmente tenidas como femeninas y viceversa, las propiamente aristocráticas eran también rasgos de las mujeres. Como es lógico esta identificación afectaba también a sus presuntos defectos de tal modo que cuando aparecen las revoluciones liberales ambos colectivos son puestos en la picota. A la nobleza se la decapitó o se la desbanca políticamente pero a la mujer se le ofrecieron nuevos modelos de raíz burguesa. Sin embargo, una cosa es la teoría y otra la realidad. Por ese motivo la simbiosis entre nobleza y feminidad se mantuvo a lo largo del siglo XIX y XX, pese a sus modificaciones y reformulaciones con el paso del tiempo. Como ilustración, podemos citar a la magistral "Fuera de Onda" o "Clueless" (1995), uno de los ejemplos más rotundos, pero no el único, de lo que estoy afirmando. Fijaos, por ejemplo, en un detalle en apariencia banal como que se les llame "princesas" o "duquesa", como es el caso de Cher (Alicia Silverstone) de "Clueless".

Ahora bien, frente a este arquetipo ha surgido en los últimos años el modelo de la prostituta. Hay que decir, que estas mujeres han sido reclamadas desde antaño por las corrientes contestatarias, siempre y cuando ejercieran su oficio de forma consciente y no vergonzante. En efecto, la ramera se revela contra las normas sociales y morales, los papeles tradicionales femeninos o la creencia sobre la naturaleza de la mujer. Es más, se emancipa de los lazos personales que la someten (familia, marido o jefe) hasta ser "libre": se la puede alquilar pero nunca comprar. Por supuesto, el arquetipo en la actualidad prescinde del intercambio económico, que es secundario, para resaltar su carácter emancipador. Como consecuencia asistimos en la más reciente actualidad a la proyección de la prostituta como modelo de feminidad. Observad como las jóvenes se dicen entre ellas "guarra", "zorra" o "putón" en un sentido que oscila entre la crítica y la admiración. Es cierto que en "Chicas Malas" se critica pero de costado. Lo que se censura es que haya una abeja reina pero se desliza que en caso de haberla, necesariamente va a ser una "puta", en toda su extensión de la palabra, olvidándose por otro lado de que si la susodicha no se comporta de forma positiva jamás en la vida podrá ser verdaderamente popular porque haciendo daño a los demás no se hacen amigos/as o admiradores/as. Algunos alegarán que tal deriva se deberá al machismo de la sociedad, que degrada a la mujer con un rol denigrante pero la afirmación es rotundamente falsa: tales jóvenes serán muchas cosas pero no tradicionales. Al revés, son mujeres libres, activas sexualmente e igualitarias. O sea, el modelo puteril.
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