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Drama A principios de los ochenta, un congresista americano aficionado a la diversión, una mujer de la alta sociedad de Houston defensora acérrima de las buenas causas y un agente de la CIA apasionado por los retos, conspiraron para llevar a cabo la mayor operación secreta de la historia. Joanne Herring (Julia Roberts), una de las mujeres más ricas de Texas y virulenta anticomunista, convenció al congresista Charlie Wilson (Tom Hanks) para ... [+]
27 de enero de 2014
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El comunismo es muy malo, no cabe duda, pero aparte de esto no sé qué me quiere contar Mike Nichols en esta especie de drama político con puntos de comedia. La historia está basada en hechos reales, además recogidos de forma muy fidedigna. En ella, el héroe es Charlie Wilson (Tom Hanks) el político que con una serie de artimañas consiguió montar la contra en Afganistán que acabó expulsando a los soviéticos en la década de los 80. Muy bien, pero no alcanzo a ver si es crítica o alabanza, satiriza o ensalza, si la frivolidad es buscada o accidental. Lo que sí me ha parecido es que me quieren engañar con la idea de que los que lucharon contra la URSS son diferentes de los talibanes. Parece mentira que se les olvide que entre estos luchadores por la libertad, subvencionados por los Estados Unidos, andaba un tal Bin Laden. Al respecto, entiendo la dificultad de maniobrar en la guerra fría pero el apoyo al "pueblo o nación en armas" engarza con los mitos del liberalismo democrático, por consiguiente también de Norteamérica, pero acaba engendrando cuervos de imprevisibles consecuencias.

Esto es lo que pasa cuando se afronta una historia con la simpleza y el maniqueísmo de Mike Nichols. Lo mismo con la guerra que con Charlie Wilson, personaje con numerosos vicios pero supuestas virtudes públicas. Lo curioso del tipo, un demócrata tejano, es que no sólo defendía a un dictador como Noriega, bebía como un cosaco o consumía coca sino que estaba a favor del aborto y era partidario de la igualdad entre hombres y mujeres, hasta el punto de querer incluirla en la Constitución. Pues resulta que este feminista trataba a las mujeres como carnaza, acostándose con tal número que él mismo reconoció que había perdido la cuenta. Sobre esto, los primeros veinte minutos no daba crédito a lo que veía: el jacuzzi, Emily Blunt, la subasta de esclavas, las secretarias, ¡pero esto qué es! En concreto, estas últimas es que parecen sus amantes. Espero que no a pesar de que la otra las llame con un inquietante "zorras". Como remate, Julia Roberts, a la que califican en el colmo del peloteo como "la mujer más sexy del mundo". Entonces, Amy Adams, Emily Blunt o Tracy Phillips ¿qué son?
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