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Voto de Sandro Fiorito:
6
Drama Alemania, 1943. Los nazis se proponen eliminar definitivamente a todos los judíos de Berlín. Más de 70.000 ya han sido deportados. En abril de 1943 sale de la estación de Grunewald hacia Auschwitz un tren con 688 judíos. Durante seis días, los pasajeros tendrán que sufrir calor, hambre y sed. En su desesperación, algunos intentan huir; entre ellos, Henry (Gedeon Burkhard), Lea (Lale Yavas) y Ruth (Sibel Kekilli). Pero el tiempo apremia ... [+]
19 de febrero de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1943. Coincidiendo con la víspera del cumpleaños de Hitler y como si de un macabro regalo para éste se tratara, desde la estación de Grunewald, Berlín, parte el tren que da título a esta película: el último, el definitivo, aquel que dejaría la ciudad completamente 'limpia' de judíos.

Un tren también cargado de tópicos que en lo que respecta a las películas que ya se han hecho sobre este género, no aporta nada más innovador que el hecho de poder hacer el viaje completo desde dentro de uno de sus vagones, sintiendo las sensaciones que con poca fuerza se transmiten desde el guión, y que vienen desde las condiciones en las que tenían que viajar, hacinados y con apenas un cubo de agua para todos, luchando por una supervivencia que sólo les serviría para seguir sufriendo y ser exterminados más tarde en el campo de concentración nazi de Auschwitz. Un triste final que sólo podían 'disfrutar' los que llegaban hasta ese lugar con vida, pues el largo viaje y las duras condiciones con las que mujeres, hombres, niños y ancianos viajaban, se dejaba por el camino a un gran número de víctimas que fallecían a consecuencia de la sed o la falta de comida.

Cuenta con algunas escenas poderosas e interpretaciones destacadas. Por ejemplo, la de Gedeon Burkhard, que recientemente participó en el reparto de Malditos bastardos pero que es mundialmente conocido quizá por su papel en la serie alemana Rex: un policía diferente. Aunque su papel de Henry se ve superado por el entrañable Jakob, personaje interpretado por Hans-Jürgen Silbermann, que encarna a un comediante que durante todo el trayecto parece querer convencerse a si mismo de que al otro lado de la vía le espera una comida caliente y un buen cobijo. Lena Beyerling, que hace el papel de la pequeña Nina Neumann, también aporta lo suyo a la película, pero el desgraciado doblaje que le adaptaron estropea en mucho su mensaje.

Con todo esto, una película convencional pero interesante por ver cómo es el macabro trayecto que tuvieron que soportar todos esos judíos que superaban por una miga de pan o una gota de agua, con la intención de poder prolongar su vida llena de buenos recuerdos (detallados en la cinta mediante una serie de flasbacks), al menos unos minutos más, unas horas más. Un documento correcto para recordarnos algo que siempre merecerá el rechazo permanente y el deseo de que no vuelva a repetirse jamás.
Sandro Fiorito
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