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Voto de Sandro Fiorito:
8
Drama Mui es una niña que llega a la ciudad para trabajar como sirvienta en una casa. La muerte, años atrás, de la hija menor de la familia hace que el padre se sienta culpable, y ese drama arruina la relación con su mujer. El hombre para evadirse escapa constantemente de casa con los ingresos de una pequeña mercería que sostiene la precaria economía del hogar. Mui, al mismo tiempo que trata de afrontar sus obligaciones de sirvienta sufre el ... [+]
11 de junio de 2011
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se abre una ventana y encuentro un mundo de silencios y contemplación. Un lugar de bellas imágenes en el que con apenas abrir la boca, se habla mucho, consiguiendo transmitir de esta forma todo un abanico de mensajes y experiencias de una forma directa, pues “El olor de la papaya verde” no afirma, no sentencia, sino que señala directamente con el dedo al sentido de algo, sin necesidad de explicaciones. Famoso es el dicho zen de que “quien habla no sabe, quien sabe no habla”. Y el director Trần Anh Hùng (“Cyclo“, 1995) sabe. Sabe de sentimientos, de humildad, de valorar que lo más pequeño es lo más preciado, que una sonrisa es un tesoro y que una lágrima es la más triste -pero también la más auténtica- expresión humana. Ofrece desde un reducido espacio todo un amor por la naturaleza, por el mundo y por todo aquello que no necesitamos buscar puesto que ya está aquí, lleno de valor y belleza, esperando a recibir nuestra atención.

Así, el realizador vietnamita dibuja diferentes contrastes entre los personajes de la cinta para que podamos asistir a un recital visual de las emociones vividas desde el corazón de una aparentemente acomodada familia, pues pese a disfrutar de varias sirvientas y un buen hogar, subsisten gracias a las pequeñas ventas que pueden realizar en un puesto del mercado. A esa casa llega como sirvienta Mui (Lu Man San), una joven de diez años dispuesta a atender sin ninguna fisura las necesidades de sus nuevos “dueños”. Aprende a cocinar, limpia la casa y recibe las amables órdenes de su nueva “propietaria”, que muchos años atrás perdió a su hija, que hoy, de seguir viva, tendría la misma edad que Mui. El argumento de la cinta no sigue una línea concreta -excepto la del paso de los años en Mui, de la que vemos la transición directa de su infancia a la edad adulta-, simplemente muestra las entrañas de un hogar vietnamita durante los años anteriores a la famosa guerra que se inició en aquel país, enseñándonos pequeños detalles y situaciones que van desde los hechos más preciosos, enternecedores y románticos, a los más dramáticos y nostálgicos. Desde la afligida personalidad del cabeza de familia, a la detestable actitud de uno de los pequeños y traviesos hijos del matrimonio “amo” de la casa, pasando por la espontánea fascinación de Mui con cualquier elemento natural (una hoja, un grillo…), o incluso con uno de los amigos de la familia. “El olor de la papaya verde” es más un producto de sensaciones e imágenes que una película de extensos y memorables diálogos, haciendo de su auto-limitación en este sentido, un arte logrado con muchísima maestría.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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