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Voto de Sandro Fiorito:
8
Ciencia ficción. Comedia. Fantástico. Aventuras El adolescente Marty McFly es amigo de Doc, un científico al que todos toman por loco. Cuando Doc crea una máquina para viajar en el tiempo, un error fortuito hace que Marty llegue a 1955, año en el que sus futuros padres aún no se habían conocido. Después de impedir su primer encuentro, deberá conseguir que se conozcan y se casen; de lo contrario, su existencia no sería posible. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida por Steven Spielberg y dirigida por Robert Zemeckis (“Forrest Gump” 1994), esta película de viajes en el tiempo es, además de una completa evasión mental por lo entretenido y trepidante de su conjunto, una enseñanza perenne sobre la conducta de muchos, pues aún resultando muy familiar el mensaje que lleva fundido el argumento de “Regreso al futuro”, es en esta cinta donde realmente podemos sentir los efectos de una vida fracasada, producida por un error fatal a la hora de tomar una decisión o por no disponer de la valentía suficiente para tomarla con firmeza. Y todo esto, encuadernado con tapas de lujo en una obra dirigida para todos los públicos, realizada con el mayor de los aciertos (temática, ambientación o su ya citado mensaje) y sellada por unas convincentes interpretaciones que para muchos han sido, o serán, inolvidables.

Llegar tan al fondo de un pensamiento (el de nuestra indecisión) sin apenas rozar el melodrama es un gran éxito. Pero hacerlo mientras consigues entretener al espectador dibujando un mundo fantástico como el de la película, que te deja detalles que sencillamente embelesan, es de maestro y de una notabilidad digna de aplauso. Todo lo mencionado se consigue desde su inicialmente, sencillo argumento, en el que el protagonista, un adolescente llamado Marty McFly (Michael J. Fox) termina trasladándose, sin quererlo ni beberlo, a un tiempo pasado, después de introducirse en un automóvil, el De Lorean DMC-12, convertido en máquina del tiempo por su amigo y científico Doc (Christopher Lloyd). A partir de este punto, la sencillez de la trama se esfuma y se procede a la fascinación que significa el hecho de ser testigos de una época que no es la nuestra. El escenario del personaje principal cambia, pasando de 1985 a 1955. Los radio-casettes, las tostadoras automáticas, los relojes digitales, los vaqueros levi's y las pick-up Ford Ranger desaparecen de nuestros ojos para dar paso a gramolas, bares en los que la bebida estrella es el batido (muy fresquito y bien cremoso) de chocolate, y característicos coches como el Chrevrolet Bel Air ruedan por unas calles repletas de curiosos que se extrañan del 'ochentero' aspecto de Marty, quien se encontrará con sus padres (a quienes ve como adolescentes) y tendrá como tarea el hecho de consolidar la relación de los mismos, intentando que su presencia en 1955 no altere -pues peligra su propia existencia- las previsiones que el destino tenía preparado para ellos en el futuro. Sin duda, uno de los fuertes de esta película es el contraste producido entre dos épocas dispares, que recuerdan datos tan curiosos como la perplejidad de quien se asombraba en 1955 de que el entonces actor Ronald Reagan, protagonista ese mismo año de una cinta llamada “El jugador”, llegase a convertirse en uno de los mejores y más brillantes presidentes de los Estados Unidos.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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