Julien Temple junto a Don Letts son los cineastas que más y mejor material grabaron de la escena musical londinense de finales de los setenta. El documental está muy bien estructurado, comenzando desde el nacimiento de Joe hasta su muerte. Intervienen todas las personas vivas que participaron en su vida personal, como todos los músicos con los que trabajó, desde los 101'ers hasta The Mescaleros.

El documental en ningún momento se hace pesado porque es muy dinámico, intercalando en el metraje filmaciones privadas de su familia, fotos de su vida, actuaciones en directos y declaraciones de los músicos alrededor de una hoguera.

Joe Strummer es representado como una de las principales figuras musicales de su tiempo. El eterno debate sobre Sex Pistols o The Clash siempre seguirá ahí, pero lo que está claro es la capacidad que tuvo The Clash para ir evolucionando a sus salvajes inicios e ir introduciendo influencias reggae, dub o rockabilly en sus posteriores trabajos que les llevó a ser la gran banda de principios de los ochenta. No fueron un instante de furia repentina en 1977 como coetáneos suyos, sino que fueron mucho más allá.

Gracias a las grabaciones del programa que tuvo para la BBC, se recogen muchísimas declaraciones de Joe Strummer que le hacen ser narrador del documental sobre su vida. La vida de uno de los más grandes. La vida de un niño criado en diversas partes del mundo y que aprendió pronto a valerse por sí mismo a base de internados y ver a sus padres en pocas ocasiones al año. La de un adolescente que tuvo que reconocer el cadáver de un hermano tímido e introvertido que no pudo soportar la existencia. La vida de un chico que entró en una escuela de arte y salió siendo el líder de una de las bandas más influyentes de todos los tiempos. La vida de un hombre cuyas inquietudes, su inconformismo y su embriagadora personalidad le hacen ser un referente y modelo para miles de personas.