Supongo que es cosa mía, pero las películas de animación japonesa no consiguen trasmitirme nada. Quizás sea esta película en concreto ya que no me ha acabado de atraer el guion ni cómo avanza la historia ni la protagonista, quizás sea mi dificultad para empatizar con seres ficticios, pero esta película solo me ha parecido bella de principio a fin, además de una belleza sin igual y una animación fascinante y, bueno, unos personajes muy agradables, pero tanto la protagonista Anna como la trama me sientan como un ibuprofeno en ayunas...

Sinceramente, creo que cuando empezamos a ser consciente de lo que está pasando es un error que Anna también lo entienda y lo verbalice, perdiendo así toda la emoción y caos mental que nos pudiera causar y simplemente aboca a una explicación débil y como mecanismo de defensa ante su situación.

He oído maravillas del Estudio Ghibli y no me gustaría haber venido con unas expectativas enormes respecto al guion, trama y más compendios y solo encontrarme con placer visual y auditivo.