La guerra de Secesión ha dado mucho juego en el cine de Hollywood, en esta ocasión, basada en una novela del mismo nombre, y escrita por Dorothy Marcadle, nos sitúa después de la confrontación, en una familia acaudalada, aunque en el bando perdedor, y en una población en la que esa familia tiene una muy mala reputación por sus abusos y discriminaciones durante la misma al vender la sal, motivo por el que alcanzó ese status y generó esa riqueza. Una familia, por otro lado, con muchos lados oscuros entre sus componentes, una relación de cabeza de familia dominante, severo y cruel en muchas ocasiones con sus dos hijos varones y con su esposa, y todo lo contrario con la bella, y a la vez, manipuladora hija. La película narra muy bien esas diferencias, y las ambienta magníficamente.

Personalmente el papel que desempeña Frederic March y sus dos hijos, Dan Duryea y Edmond O’Brien, es sobresaliente. Nos deleita con escenas impresionantes, y nos guarda un final extraordinariamente bien conseguido. Un drama de categoría en una película que recaudó ma´s de 10 millones de dólares cuando costó alrededor de 6, y fue vista por más de 7 millones de espectadores. Todavía está entre las 100 películas más taquilleras de la historia. La he visto en versión original y no me ha gustado, me ha encantado. Le doy un 8,5 en mi escala particular.