La valoración de una película depende bastante de las expectativas. Puede ser injusto, pero es lo que hay. Uno, cuando va a ver Sucker Punch, o Immortals, ya va con la idea de pegarse un festín visual y el guión, bueno, ya veremos. En cambio cuando uno va a ver una obra de Scott, supuestamente filosófica y densa, y que además tiene que ser una precuela que explique -eso nos venden- el origen de la mítica Alien, uno espera guión. Ya das por hecho que lo visual estará bien, pero el guión es vital. Y en Prometheus el guión es flojísmo. Después de repasar la película con un amigo, vemos que aun es peor de lo que nos parecía individualmente: no hay ni una escena limpia, sin errores, acciones injustificadas, errores respecto la serie alien...Ya había leído sobre la enorme cantidad de guiones anteriores al definitivo en Alien 3, pero al menos al final se quedaron con un bueno al que Fincher sacó el 100%. Este no es el caso. Prometheus tiene personajes de cartón, planos y sin carisma, y momentos histriónicos, estupideces a lo Looney Tunes... Que uno de los guinostas de Prometheus sea Damon Lindelof, de Lost, explica bastante la cosa: incapacidad para hacer algo coherente y que cierre bien. Jugar con un montón de elementos que molan y en lugar de hacer un tapiz hacer un ovillo.
Y los efectos especiales, meh, nada que no hayamos visto. Que en esto tampoco se avanza tanto, últimamente. Un mal guión, frío, aburrido y si veis los spoilers, con errores.
Bueno, si James Cameron hizo una serie B muy cara en Avatar, Ridley Scott hace exactamente lo mismo con Prometheus. Cameron versionó su Aliens (Marines coloniales contra extraterrestres) y Scott su Alien (terror psicológico y espacios cerrados), y ambas consiguen defraudar mucho.