Es una pena, Dexter podría estar en el olimpo de las series, pero siempre he considerado que hay que ser justo con los productos y que una serie debe valorarse en su totalidad, no por un inicio prometedor.

Dexter podría dividirse en dos partes. Las cuatro primeras temporadas, sin incluir a una tercera temporada algo floja, merecen un sobresaliente. Dexter es una serie atrevida, diferente, te atrapa como pocas y está repleta de personajes carismáticos y escenas que te mantienen con el corazón en un puño.

¿Cuál es el problema? Tras el cambio de showrunner Dexter se convierte en un producto mediocre, en una telenovela barata, llena de giros de guión ridículos y de personajes prostituidos. Lo más grave no es eso, sino que se estanca en una fórmula, una fórmula que en anteriores temporadas podía funcionar al ser novedosa, pero que ya no sorprende al espectador, consciente de que la serie ya no está dispuesta a correr riesgos y que cada temporada comenzará de cero olvidando las innumerables pruebas, testigos y errores que podrían amenazar la supervivencia de nuestro protagonista.

Por si fuera poco, la última temporada es la más mediocre con diferencia, con uno de los finales más patéticos de la historia de le televisión, propio de los guionistas de Los Serrano.

En definitiva, si aceptáis mi consejo, echadle un ojo a las cuatro primeras temporadas y olvidad que la serie tuvo continuidad. Vuestro corazoncito os lo agradecerá y asistiréis a una de las mejores series de entretenimiento que hayáis podido disfrutar. Estáis avisados.