Tras el fracaso en taquilla y de crítica de sus tres últimas películas -Juez Dredd, Asesinos y Pánico en el Túnel- Sylvester Stallone decidió que era momento de dejar aparcada su faceta de repartir hostias en películas de acción, y pasarse a un cine más serio y con sustancia, el independiente. Ese cambio le llevo a ganar veinte kilos para meterse en la piel del protagonista del thriller policial Cop Land, una de las primeras películas del director/guionista James Mangold, capaz de lo mejor -El Tren de las 3:10- y de lo peor -Noche y Día-.

Stallone quiso jugar sobre seguro y no se metió en un proyecto con cuatro mindundis, al contrario, por Cop Land desfila un excelente reparto: Robert De Niro, Harvey Keitel, Ray Liotta, Robert Patrick, Annabella Sciorra, Michael Rapaport, Noah Emmerich, Janeane Garofalo y Cathy Moriarty.

Cop Land trata sobre un pueblo en la periferia de la ciudad de New Jersey con una población íntegra de policías. Allí el sheriff es el medio sordo y bonachón Freddy Heflin (Stallone), subestimado por sus compañeros de profesión -que le tratan de tonto-. La aparición de un agente de Asuntos Internos (De Niro) convencerá a Heflin de investigar a sus compañeros policías (Keitel, Patrick, Berg, Liotta), corruptos financiados por la mafia.

El argumento de Cop Land recupera el tema de la corrupción policial y un personaje que se niega a caer en ese mundo, algo ya visto en películas míticas como el Serpico de Sidney Lumet. En este caso la diferencia cabe encontrarlas en que la cinta de James Mangold más que un drama podría pasar por un western urbano y actual -el brillante y violento clímax es muestra de ello-. Dejando de lado este enfoque en cómo está tratada la historia vengo a decir que en realidad Cop Land no cuenta nada nuevo, pero lo que cuenta lo cuenta muy bien y tiene no pocos puntos a resaltar.

El principal y por el que vale la pena ver muy mucho Cop Land es por su estupendo reparto -Keitel, Liotta y Robert Patrick a destacar- pero sobre todo por ver a un Sylvester Stallone haciéndole un 'Zas en toda la boca' a todos aquellos críticos que le tachaban de actor unidimensional. En Cop Land lleva todo el peso de la trama, mostrándose como un tío afectado, entrañable y cuando llega el momento de la verdad, expeditivo. Una lástima que la faceta dramática de Stallone no haya sido más aprovechada por otros realizadores, aquí lo borda.