Supongo está todo dicho. Este es un trabajo ETERNO, atemporal y necesario, un ejemplo de como trabajarse un guión ferreo, de rabioso Humor Negro y no naufragar en el intento. Combinación magnífica de comedia y drama, aderezado con las tónicas más habituales de Berlanga en su quizá, más elegante realización, que, por supuesto, no deja indiferente a nadie y que es de visión obligada para cualquier amante en esto del Séptimo Arte.

Verla de vez en cuando, cuando el aburrimiento te traspasa y comprobar como, asombrosamente, da la sensación de estar viéndola por primera vez, fresca, actual y reluciente, no se resiente nada, no cruje, será por lo paradigmatico que resulta ver al buenazo de Pepe Isbert convertido en "malvado" verdugo (alma y fuente de la historia) o a la impecable interpretación de Nino Manfredi, despistado y humano, o a la divertida y sentida Enma Penella, guapa y cándida, en un papel de reparto que más quisieran muchos hoy en día...no se, es complicado hablar de obras que gustan tanto y están tan bien rodadas, que se dejan ver una y otra vez,una MARAVILLA.

Y es que son impecables todas las secuencias, cuando acabas con una buena, comienza otra genial, una película sin baches ni puntos muertos que transcurre como soplando velas y cumple más de una expectatíva. No solo recomendarla, no verla, SI es un pecado mortal, tan mortal como las "No ejecuciones" que con su solo susurro dan miedo, y que, gracias al bálsamo que supone todo el magnífico guión, quedan relegadas a anécdota en conjunto.

Dice que pasó la censura y se permitió si exhibición porque a Francisco Franco le gustó y le hizo reir, que cosas...

Saludos