Luchando contra la decepción mayúscula que personalmente sufro como crítico y como seguidor, resumiré este epígrafe diciendo que “Spectre” es a “Skyfall” lo que “Quantum Of Solace” supuso tras “Casino Royale”, pero peor (en mi respetable opinión). ¿Su mayor pecado?: Ser previsible y aburrida. “Quantum” tenía ritmo, ritmo y más ritmo. Ésta no tiene ni eso. Y encima sucediendo a la magistral “Skyfall”, el batacazo se nota aún más.
El guión carece de sentido tanto como entrega individual propia, como un tipo de cierre a las entregas anteriores de Craig. Peca absolutamente de resoluciones vagas y carentes de clímax emocionante auténtico cuando trata de abordar las anteriores, lo cual la hace más fallida. El ritmo va de más (con un prólogo en México que justifica la espectacularidad de la cinta) a muy menos (pasada de la reunión de Roma en adelante) de forma preocupante conforme los minutos avanzan. ¿Cuándo una película de Bond se hizo tan pesada y con un final tan falto de emoción? Ésta entrega es la respuesta. Esta vez incluso los personajes y sus tramas se deslucen, así como sus evoluciones (o bien carentes de chicha, o bien risibles por su falta de sentido o utilidad a la psicología de los personajes o para la integridad de la trama).
El aspecto técnico está perfecto eso sí, aunque carente de verdadera tensión en la acción. La mano de Sam Mendes se nota nuevamente y en ese aspecto sí que no se le nota como un director de encargo o como un dejado de la vida (salvo en las escenas de acción desde la persecución de coches en Roma en adelante, donde la cámara se halla tan fija y lineal que carece de emoción en cada escena).
Las interpretaciones son vacías por culpa de un guión sin pena ni gloria. Mientras que Daniel Craig sigue interpretando a James Bond (en la que puede ser su aparición final) con su habitual buen hacer interpretativo y soltura física y dramática, el guión no le hace justicia en la evolución de su personaje aquí (ni en el supuesto enamoramiento con Madeleine Swann, ni en determinados comportamientos una vez se reúne en la guarida del villano), el resto de secundarios (del primero al último, incluyendo un Christoph Waltz carente de garra totalmente) se hallan esparcidos y limitándose a decir sus líneas considerablemente atractivos pero sin energía o la frescura de cómo los de “Skyfall” o la misma “Royale” las entonaban de aquella (aparecieran dos minutos o cuarenta). El cansancio y exageración del argumento es evidente hasta en este apartado.
“Spectre” es la peor de Daniel Craig como James Bond y una de las peores películas de acción y espionaje por ser predecible, decepcionante en su argumento, carente de verdaderas (y lógicas) sorpresas y aburrida en su ritmo. Pase lo que pase, Craig ha tenido (en el caso de que realmente lo deje) una era muy buena como Bond, encargándose de renovar el personaje y contando con guiones e historias realmente estimulantes (“Royale” y “Skyfall”) que ninguno había tenido hasta ahora. Por un entretenimiento pasable como “Quantum” y una decepción como esta “Spectre” supone no le voy a guardar rencor a su etapa en absoluto. Aunque sí me gustaría de verdad que anunciase su adiós con una entrega considerablemente mejor que ésta. Veremos lo que trae el futuro.