Llevaba tiempo con esta película pendiente. En su momento tuvo una gran campaña publicitaria y se habló mucho de ella. Incluso, gano seis goya. Teniendo esto como referente, esperas que sea una película medio decente pero el resultado no podría ser más diferente.



Para empezar, los primeros minutos de la cinta te sitúan en una historia completamente desordenada, caótica y confusa. En esos momentos, piensas que quizás luego se configure el puzzle que se nos plantea y cada pieza encuentre su lugar. Sin embargo, nada de eso ocurre. Llegas al desenlace con la misma sensación inicial de no saber absolutamente nada de la historia y muy muy cabreado. A esto se une un ritmo condenadamente lento y tedioso que te invita a cerrar los ojos y dejarte llevar por el sueño, olvidándote de la historia absurda que tienes delante. Y si eso no fuera suficiente, además la caracterización de los personajes es pésima.


José Coronado se pasa la cinta como un yonki desesperado por encontrar algo que inyectarse. Pero en vez de coca, le van más las prostitutas, los cubatas y el tabaco. No solo su aspecto exterior es un verdadero asco. Su personaje, es un policía corrupto del que solo llegas a intuir un par de datos, sin saber el como y el porque de sus acciones. Sin venir a cuento, se ve envuelto en un triple asesinato de la forma más absurda posible, por una mala borrachera y tras esto su mayor aspiración será encontrar al único testigo que se escapo de la escena del crimen. Curiosamente, las víctimas no resultan ser tan inocentes como parecían en un primer vistazo ( al menos los dos tipos, porque lo de la prostituta ya es otra historia, ella si era una verdadera victima). Todos están metidos hasta las cejas en el narcotráfico y da la casualidad de que el superviviente además es muy peligroso. De chiste, vamos. Resulta que Santos, un borrachuzo vicioso y despreciable es el super héroe que va a acabar con uno de los mayores peligros que amenazan nuestro país. A pesar de ello, nunca llegas a empatizar con su personaje y no puede provocarte otra cosa que no sea hastió o asco. En los primeros minutos lo ves asesinar a tres personas a sangre fría, como si nada, y a lo largo de la cinta sigue actuando como un cabron despreciable, cuyas motivaciones desconoces por completo. Se le quiere perfilar como a un personaje complejísimo y no deja de ser una caricatura absurda.


Helena Miquel, Juanjo Artero y Rodolfo Sancho no interpretan mejores papeles. No se sabe cuál de los tres es más prescindible. Al final, no sabes de que cojones va la cinta. Si de un policía corrupto que quiere redimirse, de los peligros del yihadismo o de una historia para mandar a dormir a niños y a adultos( de hecho, sueño da un rato). Lo que sí está muy claro es que todos los árabes que aparecen son malvados yihadistas y que los policías, aunque sean corruptos, puteros y alcoholicos, nos salvan de caer en sus redes. Porque siempre hay que creer en la justicia, por podrida que este. Como decía, un despropósito de cinta de principio a fin. Se puede comprender el sentido de tanta publicidad. La lastima es que no avisen al inicio, como lo hacen las cajas de medicamentos, de los efectos secundarios que puede tener su visionado. Porque los tiene y causa graves daños neuronales, haciendo que te quedes con la misma cogorza que alcanza el personaje que interpreta Coronado y sin saber a quien lanzarle la pota. Me pregunto si en esos Goya también contrataron un buen camello, porque de otro modo, no tiene explicación.


P.D: Darle un uno es ser demasiado benevolente.... Se merece un cero