El siempre interesante Stephen Frears dirigió con su acostumbrado oficio, esta original historia gay con fuerte carga social y racial rodada en plena era Thatcher.

En su día tuvo bastante repercusión llegando a estar nominada al oscar de mejor guion, pero actualmente la encuentro un tanto desfasada. El romance entre sus protagonistas ya no es ninguna novedad sobre acostumbrados como estamos a los homosexuales, no obstante, Lewis convence con su papel de macarra maricón que mantiene una relación sentimental con el atractivo dueño pakistaní de una lavandería. Ambos se conocían desde jóvenes y después de un largo tiempo sin verse deciden trabajar juntos en el negocio.

El guion habla también de los problemas para integrarse de los pakistaníes en el Reino Unido. Mientras unos, como el padre del protagonista, se muestran muy críticos con la racista sociedad británica y la delicada situación económica que atraviesa el país, su tío está plenamente integrado y ha triunfado laboralmente. Lewis se debate a su vez entre la lealtad a sus amigos ultras y el romance con su amigo de la infancia.

Como curiosidad en la banda sonora colabora un principiante Hans Zimmer.