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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Harold Angel:
10
Drama Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, ... [+]
19 de abril de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Spielberg se ganó el respeto de crítica y público con este impresionante drama que narra las atrocidades cometidas por los nazis en el Holocausto judío durante La Segunda Guerra Mundial. El director puso toda la carne en el asador y realizó uno de sus mejores trabajos galardonado con siete indiscutibles oscars. Spielberg renunció a su faceta más comercial y en plena madurez creativa dirigió una obra inolvidable y dura pero al mismo tiempo necesaria. Filmada en blanco y negro para acentuar más el drama y conseguir un mayor realismo, la única concesión al color viene de la mano de una niña vestida con un llamativo abrigo rojo y que terminará como muchos de los suyos abatida en medio del caos.

La película esta realzada por el excepcional trabajo interpretativo de su trío protagonista. Por un lado, Liam Neeson que ofrece uno de sus mejores trabajos como actor y que fue nominado al Oscar por su excelente actuación. Interpreta a Oskar Schindler, un empresario alemán mujeriego y vividor que acabará tomando partido por los obreros judíos de su fábrica al percatarse de lo que está pasando a su alrededor. Su actitud es encomiable y la película es también un homenaje a su persona y a la de todos aquellos alemanes que no miraron para otro lado durante el Holocausto que por cierto no fueron muchos. Ben Kingsley es otro de los grandes actores de nuestro tiempo cuya versatilidad le permite interpretar toda clase de papeles con gran acierto. En esta ocasión despliega todo su potencial encarnando al secretario y contable de Oskar Schindler. Su actuación, aunque no fue reconocida por la Academia, es una de las más recordadas. Y por último Ralph Fiennes, que en aquella época era casi un perfecto desconocido, ofreció uno de sus mejores trabajos también recompensado con una nominación aunque finalmente tanto él como Neeson no se llevaron el premio. Fiennes encarna a Amon Goeth, un despiadado oficial alemán encargado de dirigir uno de los campos de exterminio más letales. Su crueldad y sadismo no tienen límites liquidando sin miramientos a cualquier judío sin motivo alguno, bien probando puntería desde la venta de sus dependencias o matándolos a sangre fría sin más porque considera que no están realizando bien su trabajo. Es un ser malvado hasta el extremo, porque incluso cuando crees que puede tener algo de humanidad, reflejada en la escena en la que explica a su joven y atractiva sirvienta judía que a pesar de que les hayan ordenado que deben exterminar judíos sin piedad, él le confiesa que no puede destruir algo tan bello como ella, que no considera que algo tan hermoso pueda ser calificado como racialmente inferior. Sin embargo, de pronto se le cruzan los cables y comienza a abofetearla violentamente al relucir su lado perverso que le domina y que impide cualquier atisbo de piedad o bondad.

También recuerdo con emoción la tremenda secuencia de la noche de los cristales rotos, en la que tropas alemanas llevan acabo una brutal redada de persecución contra los aterrados judíos escondidos en sus casas. Mientras destruyen todo a su paso, un oficial alemán se pone a tocar el piano una obra de Mozart, el contraste entre la hermosa música y lo que vemos es tremendo. En esa misma escena podemos ver a Spielberg realizando un pequeño cameo sin barba disfrazado de soldado preguntando en alemán al oficial si lo que toca es Bach.

Otro de los platos fuertes del film es su guión, obra del reputado guionista Steven Zaillan que ganó el oscar con todo merecimiento. Un guión extenso y bien documentado que Spielberg dirige con absoluta maestría porque en ningún momento decae el ritmo o la película se hace pesada. Aquí el oscarizado montaje juega un papel relevante. Ni que decir tiene que la ambientación, vestuario y fotografía están a la altura de las circunstancias gracias al excelente trabajo de los mejores profesionales del gremio. Tanto el diseño de producción como la fotografía se llevaron también el Oscar. Mención a parte merece la estupenda partitura del maestro John Williams que una vez más volvió a dar en la diana con una emocionante y sobria banda sonora.

Por todo ello La lista de Schindler se convirtió en la irreprochable triunfadora de los Oscar en la edición del 94, además de ser un gran éxito de taquilla. Se trata de una obra imperecedera que debe verse porque tiene vocación pedagógica al mostrarnos el horror del genocidio nazi y demostrar hasta qué punto el ser humano puede llegar a tal nivel de barbarie. Para mi gusto la mejor película de los noventa.
Harold Angel
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