A pesar de ser un fracaso comercial en su día, con los años se ha convertido en una obra de culto esta pesimista historia de perdedores natos. Después de las buenas críticas que tenía reconozco que no me ha parecido para tanto. Es demasiado desmoralizadora, para películas así me quedo con Rocky que también era triste pero con cierto hueco para la esperanza.

Me quedo con el trabajo de su pareja protagonista, tanto Keah como Tyrrell lo bordan, especialmente ésta última que fue nominada al Oscar y que encarna a una mujer alcohólica con problemas sentimentales. Tiene cara de alcohólica la verdad. Respecto a su partenaire con su característico labio leporino, da el pego como boxeador fracasado también con problemas con la bebida. Pero la historia no me engancha en ningún momento y cuando llega el final no siento ni frío ni calor. Interesante sin más.