A finales de los ochenta el inquieto Martin Scorsese rodó esta arriesgada y polémica adaptación de la novela homónima de Nikos Kazantzakis sobre su personal visión de la vida de Cristo. En su día molestó a los cristianos más moderados y soliviantó sobremanera a los más integristas que no dudaron en boicotear violentamente la película. El resultado fue bastante desigual. Se trataba de una visión demasiado rompedora sobre un tema delicado. No me parece que sea blasfema o irreverente, sino original y a su vez un sinsentido sin pies ni cabeza. Podía haber sido un film bochornosamente ridículo pero el buen hacer de Scorsese consigue salvarla de la mediocridad y aunque por momentos se haga pesada por su larga duración o absurda por esa media hora final, no deja de ser una propuesta interesante sobre las tentaciones que perturbaron al Jesús hombre antes de aceptar su trágico destino.

Resumiendo y sin entrar a valorar la fidelidad del guión a las Escrituras, creo que aunque trate de ser una visión honesta sobre el lado más humano de Jesucristo, no termino de creerme su pusilanimidad ni sus excesivas dudas.