Adaptación de la novela homónima escrita por Joseph Conrad, que cuenta la historia de un joven oficial de barco atormentado por la deshonra, al abandonar un buque repleto de pasajeros en plena tormenta. En su búsqueda por la redención acabará convirtiéndose en un héroe, pero su oscuro pasado no cesa de fustigarle.

Pocas veces una película ha retratado el sentimiento de culpa de una manera tan intensa como lo hace ésta. Un soberbio Peter O´Toole, en un papel similar al que le encumbró en Lawrence de Arabia, se humilla hasta la compasión en una historia sobre el honor, la culpa y las segundas oportunidades. Sin embargo, me ha parecido demasiado filosófica para una película de aventuras. Los personajes recitan sus densos diálogos metafísicos en medio de un relato de acción y aventuras que se vuelve aburrido por momentos y excesivamente largo.

Toda la parte final, cuando aparece James Mason, se me indigesta. No me creo su personaje, ningún pirata es tan profundo y reflexivo acerca de la condición humana no. Me gustó sin embargo el de Eli Wallach que es más creíble como astuto general, ladrón y buen conocedor de la naturaleza humana. Paul Lukas se luce encarnando al juicioso y comprometido empresario que trata de persuadir a Jim para que supere sus fantasmas del pasado. Y por último, destacar también el trabajo de Curd Jürgens en el papel de corrupto empresario sin escrúpulos, alcoholizado y avaricioso hasta el extremo.