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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
7
Thriller. Drama Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2020
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En las últimas horas brotaron comparaciones entre las escenas de la película de Todd Phillips, que logró gran repercusión el año pasado, y las generadas por la oleada de protestas que tomaron las calles de varias ciudades de Estados Unidos luego del asesinato de George Floyd a manos de la policía.

Por Nicolás Bianchi

En distintos medios del mundo se compara a la situación actual que atraviesa Estados Unidos con las imágenes de Joker en las que Ciudad Gótica está tomada por una turba que busca derrocar a la elite gobernante. Si la cuestión es solo sopesar fotos con patrulleros incendiados, vidrios rotos y distintos humos anegando el aire puede encontrarse alguna coincidencia aunque el origen de las protestas, en la realidad y en la ficción, sea bien distinto.

El racismo, lo que disparó el malestar de las masas de estadounidenses porque es un factor clave para entender el asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minnesota, no es un tema que esté presente en Joker (y no tiene por qué estar). La película muestra un conflicto más rudimentario, de pobres hartos contra ricos petulantes e insensibles que sirve como marco de lo que es central en el film: la conversión de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) en el villano de las series de Batman conocido como el Guasón.

Joker muestra una ciudad en decadencia desde la primera escena en la que su protagonista se maquilla como un payaso mientras la radio informa detalladamente sobre la huelga de los trabajadores de la basura, que lleva unos cuantos días y mantiene a las calles cubiertas de desperdicios. Por eso a lo largo del film las veredas se ven atestadas de residuos y bolsas de plástico negro. En seguida, cuando Arthur vuelve a su casa se encuentra a su madre que mira un noticiero de televisión en el que advierten que Ciudad Gótica sufre también una invasión de ratas gigantes. Causa y consecuencia. La basura alimenta a las ratas, que es lo que metafóricamente va a ocurrir en el relato posterior.

Los temas que sí son centrales en el film y que terminan posibilitando la transformación de Arthur en el Joker son la violencia familiar y el abandono del Estado. A lo largo de la película el protagonista va a develar su propio pasado, en el que hubo abusos y tormentos sufridos en su propia casa. El último empujón al crimen y la locura se lo da el desmantelamiento del programa estatal que lo proveía de medicamentos para tratar sus problemas mentales que le provocan la característica risa desenfrenada.

Ahora bien, el factor que dispara las protestas en la película, si se quiere trazar un paralelo con la realidad, es por lo menos curioso. Harto de los maltratos que sufre en la calle, Arthur asesina a tres jóvenes que lo molestan en un vagón del metro y que por casualidad resultan ser ejecutivos de Wall Street que trabajan en la compañía de Thomas Wayne, el padre de Bruce, el futuro Batman. En la primera secuencia de la película Arthur había sido también atacado pero por un grupo de adolescentes de la misma clase que él, lejos de los sectores privilegiados de la ciudad. La chispa que enciende el incendio es casual, el Joker, sin querer, dio en la tecla correcta. A partir del triple homicidio surge un movimiento de protesta bajo el nombre ‘Kill the rich’ (matemos a los ricos) que toma las calles y quema todo lo que encuentra a su paso. La revuelta surge en apoyo a un asesino y no en repudio, como sucedió primero en Minnesota y luego en varias ciudades del país.

Desde el punto de vista cinematográfico la película es un espectáculo visual con gran fotografía, luz y color. Lo cromático acompaña la mutación del personaje, que durante todo su calvario aparece oscuro, en tonos apagados. Hasta que finalmente da con su vocación: el crimen y el caos. Todos los colores que se mostraron brillantes en ciertas partes de la ciudad, en la televisión y en las paredes de algunos edificios ahora integran el disfraz del Guasón. Su traje bordó y amarillo, y el verde del pelo junto con el azul y rojo del maquillaje que destacan sobre la base blanca exhiben a un personaje que finalmente se cargó de energía, se completó.

Por ahora las escenas de fuego y destrucción en las calles estadounidenses (‘las que se parecen a la película’) logran, más que apuntalar un movimiento de protestas, brindar un foco de crítica para quienes las repudian, incluido el presidente Donald Trump. Lo central no es el puñado de autos incendiados sino el racismo y la violencia policial. Las movilizaciones son contra el Joker y no a favor, aunque, claro está, la realidad es mucho más difícil de interpretar que las películas.
El Golo Cine
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