Debut cinematográfico del director Benjamin Caron, que proviene del mundo de las series (The Crown, Andor, Sherlock y otras). La narración adopta un formato tipo mamushka: una estafa adentro de otra que a la vez es parte de otro engaño y así continúa.

Por Nicolás Bianchi

Las películas de estafadores, como este caso, tienen algo lúdico que casi siempre resulta atractivo. En parte, se trata de una invitación a que el espectador juegue con los personajes e intente descifrar quién miente y quién no. Y los mejores films de este tipo, por supuesto, son aquellos que tienen esos giros inesperados que nadie puede prever y que dan vuelta toda la historia en una escena.

Ahora bien, lo que ya no resulta tan entretenido de estas películas es su previsibilidad. En primer lugar, esto se debe a que ya hay una importante cantidad de películas de estafas y timadores, como por ejemplo The sting (1973), House of games (1987) o la argentina Nueve reinas (2000). El patrón se repite: siempre hay una estafa más que le hacen al estafador o una vuelta adicional en el guión que invierte roles.

Tomando todo esto en consideración, Sharper es una película entretenida, con momentos de tensión, algunas buenas ideas, pero que no se sale del patrón general de los films de estafadores. En principio, el film introduce a la joven Sandra (Briana Middleton) que es una estudiante de Letras que comienza un romance con el librero Tom (Justice Smith), después de que este le regale un libro que ella no puede pagar.

Los problemas empiezan cuando irrumpe en escena el hermano de Sandra, un joven bastante desequilibrado que necesita 350 mil dólares para saldar una deuda. Si no lo hace lo matan. Tom, que hasta el momento parecía un bohemio que se encarga de sostener una librería, se revela como el hijo de un magnate, Richard Hobbes (John Lithgow) y ofrece todo lo que está a su alcance para ayudar a su nueva novia.

Claro está que una vez que entrega el dinero Sandra desaparece por completo. Este es solo el primer capítulo de la película que dura alrededor de 10 minutos. Más adelante aparecerán los verdaderos personajes principales, que son Madeline (Julianne Moore), la pareja bastante más joven del millonario Richard, y Max (Sebastian Stan), de quien no vale la pena contar ningún detalle para no estropear las sorpresas que presenta la película.