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Voto de egomez93:
8
5,4
17.944
Comedia
En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios está rodando su película más importante: una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella (George Clooney), pero el actor es secuestrado durante el rodaje. Uno de los productores, el resolutivo Eddie Manix (Josh Brolin), tratará de averiguar dónde está y arreglar el asunto antes de que se entere la prensa. (FILMAFFINITY)
3 de marzo de 2016
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Me he equivocado de sala y de película» me dije cuando apenas transcurrieron los primeros planos, no obstante, la belleza de la imagen y la eclesiástica música me motivaron a quedarme...¡No! ¡Miento! Estuve a punto de levantarme hasta que apareció Josh Brolin ¡Sorpresa no me había equivocado!
Y es que precisamente reacciones como éstas conforman el shock de toda la película ante la historia que cuenta...¿Pero qué historia cuenta? Bueno ¿Cómo decirlo? ¿Es lo que comenta la sinopsis brevemente? ¡Pues sí!...O no del todo (¿?). A simple vista todo luce confuso pero, sin embargo, muy por encima de sus absurdos transcursos, la idea que se nos quiere transmitir goza de un sentimiento tan real como... ¡la realidad misma! Que, empero, ha sido muy olvidado en la sociedad actual, y por lo que cuentan tanto Ethan como Joel Cohen en su última producción, lleva olvidándose este ideal desde unas cuantas décadas pasadas.
Pero antes de entrar en historia y comentar su trama (hasta caer en lo subjetivo, tal como propone la película) podemos comentar aspectos más generales: El montaje realmente es convincente. Nuevamente asistimos a un proyecto que juega con los cambios de formato, algo que para el público general puede ser irrelevante de manera consciente, pero que simboliza mucho de manera inconsciente, puesto que dicha alteración en los planos representa un lenguaje alternativo de los sucesos. Es un indicador de qué es lo que vemos. Separa la historia principal de las subtramas. Aunque desde hace un par de años el recurso no es nada original, en este caso se aplica con total justificación. Por otro lado, sobre la dirección de los Hermanos Cohen poco podemos hablar, consecuencia de estar en el alto nivel al que nos tiene acostumbrados, provocando así que la fotografía, el arte, los colores, los detalles y la producción sea óptimas, limpias y en este caso, creíbles dada la atmósfera de tiempos pasados.
Sin embargo, continuando con el tema de dirección, las actuaciones que, a su vez pueden parecer simples, son producto de sesiones claramente complejas. Probablemente el aspecto más importante ya que los personajes, al igual que en «Fargo», «The Big Lewosky» no actúan como «se supone» debería actuar «un personaje corriente» o mejor dicho «no actúan como el público actuaría» pero curiosamente, son capaces de hacernos creer su histrionismo y entregarnos a ello con total naturalidad para asistir a la historia. Dicho esto, de más está aclarar que el elenco está en su punto, sobresaliendo Josh Brolin. Por otro lado, algunos secundarios que más bien parecen cameos a la usanza de las grandes estrellas invitadas en superproducciones pasadas, terminan respaldando el buen gusto y el sabor de la cinta.
Sin duda alguna, los Cohen han vuelto ¡Y a lo grande! Por lo tanto, estimado lector, si ha visto la película y está intrigado por mi calificación y sorpresa, pase, si es su deseo, a leer en la sección de spoilers el resto del escrito y tras esto, si su calificación es corriente, le invito a replantearla. Para el lector que no la haya visionado ¡Hágalo! ¡Pero con la mente abierta! Puesto que la cinta, se presta a ser «observada, pero no vista» (Como diría Hannibal Lecter).
Y es que precisamente reacciones como éstas conforman el shock de toda la película ante la historia que cuenta...¿Pero qué historia cuenta? Bueno ¿Cómo decirlo? ¿Es lo que comenta la sinopsis brevemente? ¡Pues sí!...O no del todo (¿?). A simple vista todo luce confuso pero, sin embargo, muy por encima de sus absurdos transcursos, la idea que se nos quiere transmitir goza de un sentimiento tan real como... ¡la realidad misma! Que, empero, ha sido muy olvidado en la sociedad actual, y por lo que cuentan tanto Ethan como Joel Cohen en su última producción, lleva olvidándose este ideal desde unas cuantas décadas pasadas.
Pero antes de entrar en historia y comentar su trama (hasta caer en lo subjetivo, tal como propone la película) podemos comentar aspectos más generales: El montaje realmente es convincente. Nuevamente asistimos a un proyecto que juega con los cambios de formato, algo que para el público general puede ser irrelevante de manera consciente, pero que simboliza mucho de manera inconsciente, puesto que dicha alteración en los planos representa un lenguaje alternativo de los sucesos. Es un indicador de qué es lo que vemos. Separa la historia principal de las subtramas. Aunque desde hace un par de años el recurso no es nada original, en este caso se aplica con total justificación. Por otro lado, sobre la dirección de los Hermanos Cohen poco podemos hablar, consecuencia de estar en el alto nivel al que nos tiene acostumbrados, provocando así que la fotografía, el arte, los colores, los detalles y la producción sea óptimas, limpias y en este caso, creíbles dada la atmósfera de tiempos pasados.
Sin embargo, continuando con el tema de dirección, las actuaciones que, a su vez pueden parecer simples, son producto de sesiones claramente complejas. Probablemente el aspecto más importante ya que los personajes, al igual que en «Fargo», «The Big Lewosky» no actúan como «se supone» debería actuar «un personaje corriente» o mejor dicho «no actúan como el público actuaría» pero curiosamente, son capaces de hacernos creer su histrionismo y entregarnos a ello con total naturalidad para asistir a la historia. Dicho esto, de más está aclarar que el elenco está en su punto, sobresaliendo Josh Brolin. Por otro lado, algunos secundarios que más bien parecen cameos a la usanza de las grandes estrellas invitadas en superproducciones pasadas, terminan respaldando el buen gusto y el sabor de la cinta.
Sin duda alguna, los Cohen han vuelto ¡Y a lo grande! Por lo tanto, estimado lector, si ha visto la película y está intrigado por mi calificación y sorpresa, pase, si es su deseo, a leer en la sección de spoilers el resto del escrito y tras esto, si su calificación es corriente, le invito a replantearla. Para el lector que no la haya visionado ¡Hágalo! ¡Pero con la mente abierta! Puesto que la cinta, se presta a ser «observada, pero no vista» (Como diría Hannibal Lecter).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La gran virtud de la película es precisamente su cinismo. Todo transcurre en una danza indetenible. Eddie Mannix (Josh Brolin)es un productor/resuelve todo que administra su empresa de cine ¡No hay más! sin ambición de poder, ni otra motivación más que dar de comer a su familia, como lo haría José con María y el niño. Curiosamente, sí existió un productor Eddie Mannix. Trabajó en la MGM y salvo por su extremo catolicismo, era totalmente opuesto al personaje de Brolin. De hecho, Mannix presuntamente estuvo involucrado en la muerte de Georges Reeves, el prota de «The Adventures Of Superman» (1952-58).
Baird Whitlock (George Clooney); gran actor, tosca persona, es protagonista de la gran super-producción del año «Hail Caesar». La cinta más mimada de la producción, inspirada en la visión de Jesús desde el emperador Autóloco, a la que Mannix sigue minuciosamente, convocando una reunión con representantes de la Iglesia Católica Judía, que termina en caos dadas sus discrepancias sobre la visión de Dios (Momento crucial de la burla religiosa) Mientras, Whitlock es secuestrado por un misterioso grupo llamado «The Future» cuando ensaya vestido de antiguo emperador romano. Whitlock despierta en la habitación de una gran mansión a orillas del mar de Malibú y es allí cuando conoce al futuro ¡Los comunistas! Guionistas molestos porque en cada éxito no reciben un céntimo. Baird, intrigado por el grupo de estudio, a sabiendas del «secuestro» pasa las tardes discutiendo sobre la dialéctica y el «Kapital» de Marx.
Entretanto, Mannix además de hacer frente (Con total neutralidad)a los $100.000 que pide «The Future» como rescate (indemnización)se ocupa de zanjar temas con DeeAnna Moran (Scarlet Johansson)la protagonista de un ballet de sirenas cuyo personaje tan delicado y celestial retrata el inverso de su banalidad quien tendrá un hijo sin saber cuál es el Padre, por lo tanto, es necesario buscar solución ante la imagen de la prensa. Clara apología sobre la farsa de la imagen y la farándula, vigente en la actualidad. A su vez, ha de convertir un actor Western, Hobie Doyle (Alden Ehrenreich)en un actor dramático para otra producción, dirigida Laurent Laurentz (Ralph Finnes)quien pierde los estribos ante lo «paleto» de Doyle.
A fin de recuperar a Whitlock, Mannix lleva al hangar 08 el botín con el rescate, plató en el que se filma un musical con marines protagonizado por Burt Gurney (Channing Tatum)quien luego se revela como el cabeza de «The Future». Durante este enredo, y visitas de Mannix al confesionario, dos gemelas periodistas,Thora y Thessaly Thacker (Tilda Swinton)siguen la pista de un rumor capaz de destruir la carrera de Baird Whitlock (quien habría obtenido su primer papel gracias a la sodomía con Lauren Laurentz). El simple hecho de que sean gemelas y representen cada uno la cara del amarillismo es motivo de risa dado el aburdo pero existente vínculo con la realidad.
Al final, el botín de los comunistas termina en el fondo del mar, Burt Gurney, se marcha a rusia, el pelele cowboy Hobie Doyle termina siendo el héroe que rescata a Whitlock, quien repite las ideas en defensa del «Hombre corriente» hasta que Mannix le abofetea y le exige volover al plató y convertirse en estrella.
¿Entonces de qué sirve esta danza? ¿Para qué burlarnos del suelo de nuestra realidad? La política, la religión, la prensa, el propio cine ¿Dónde nos metemos? EMannix se lo pregunta también ¿Y qué respuesta hay? Los Cohen en la voz del sacerdote confesor responde: Simplemente siguir la voz de Dios, que es la voz de nuestro interior.
Hail Caesar nos invita a desligarnos de la nube de toxica mediatica a no dejarla hacer nuestro suelo con tertulias e ideas intrascendentes que NO nos cambiarán, sino hacerlo nosotros mismos con lo que nuestra felicidad dicte.
Dice Alejandro Jodorowsky que nosotros no hacemos la idea, es la idea la que nos hace a nosotros. Si somos entonces un canal ¡Dejémonos llevar! (A esto me refería con caer en lo subjetivo).
Baird Whitlock (George Clooney); gran actor, tosca persona, es protagonista de la gran super-producción del año «Hail Caesar». La cinta más mimada de la producción, inspirada en la visión de Jesús desde el emperador Autóloco, a la que Mannix sigue minuciosamente, convocando una reunión con representantes de la Iglesia Católica Judía, que termina en caos dadas sus discrepancias sobre la visión de Dios (Momento crucial de la burla religiosa) Mientras, Whitlock es secuestrado por un misterioso grupo llamado «The Future» cuando ensaya vestido de antiguo emperador romano. Whitlock despierta en la habitación de una gran mansión a orillas del mar de Malibú y es allí cuando conoce al futuro ¡Los comunistas! Guionistas molestos porque en cada éxito no reciben un céntimo. Baird, intrigado por el grupo de estudio, a sabiendas del «secuestro» pasa las tardes discutiendo sobre la dialéctica y el «Kapital» de Marx.
Entretanto, Mannix además de hacer frente (Con total neutralidad)a los $100.000 que pide «The Future» como rescate (indemnización)se ocupa de zanjar temas con DeeAnna Moran (Scarlet Johansson)la protagonista de un ballet de sirenas cuyo personaje tan delicado y celestial retrata el inverso de su banalidad quien tendrá un hijo sin saber cuál es el Padre, por lo tanto, es necesario buscar solución ante la imagen de la prensa. Clara apología sobre la farsa de la imagen y la farándula, vigente en la actualidad. A su vez, ha de convertir un actor Western, Hobie Doyle (Alden Ehrenreich)en un actor dramático para otra producción, dirigida Laurent Laurentz (Ralph Finnes)quien pierde los estribos ante lo «paleto» de Doyle.
A fin de recuperar a Whitlock, Mannix lleva al hangar 08 el botín con el rescate, plató en el que se filma un musical con marines protagonizado por Burt Gurney (Channing Tatum)quien luego se revela como el cabeza de «The Future». Durante este enredo, y visitas de Mannix al confesionario, dos gemelas periodistas,Thora y Thessaly Thacker (Tilda Swinton)siguen la pista de un rumor capaz de destruir la carrera de Baird Whitlock (quien habría obtenido su primer papel gracias a la sodomía con Lauren Laurentz). El simple hecho de que sean gemelas y representen cada uno la cara del amarillismo es motivo de risa dado el aburdo pero existente vínculo con la realidad.
Al final, el botín de los comunistas termina en el fondo del mar, Burt Gurney, se marcha a rusia, el pelele cowboy Hobie Doyle termina siendo el héroe que rescata a Whitlock, quien repite las ideas en defensa del «Hombre corriente» hasta que Mannix le abofetea y le exige volover al plató y convertirse en estrella.
¿Entonces de qué sirve esta danza? ¿Para qué burlarnos del suelo de nuestra realidad? La política, la religión, la prensa, el propio cine ¿Dónde nos metemos? EMannix se lo pregunta también ¿Y qué respuesta hay? Los Cohen en la voz del sacerdote confesor responde: Simplemente siguir la voz de Dios, que es la voz de nuestro interior.
Hail Caesar nos invita a desligarnos de la nube de toxica mediatica a no dejarla hacer nuestro suelo con tertulias e ideas intrascendentes que NO nos cambiarán, sino hacerlo nosotros mismos con lo que nuestra felicidad dicte.
Dice Alejandro Jodorowsky que nosotros no hacemos la idea, es la idea la que nos hace a nosotros. Si somos entonces un canal ¡Dejémonos llevar! (A esto me refería con caer en lo subjetivo).