Un caótico batiburrillo de sugerentes imágenes y personajes mezclados con la sabiduría y el descaro de un esquizofrénico. Eso es lo que me ha parecido el tal Parnassus.

Quizá el guión sea fruto del imaginario de Tom Waits, seis botellas de Jack Daniels de por medio. En algunos instantes me ha recordado a ‘Charlie y la fábrica de chocolate’ –será por Depp. Puede que la idea original esté basada en fantasías de Charlie, pasado de chocolate, pero del otro.

Sale Heath Ledger, un actor como hay cientos, pero que se convirtió en mito gracias a su brillante ‘Joker’ y sobre todo a su trágica y prematura muerte. Nada como palmar para que a uno lo reconozcan. Por otro lado, de justicia es reconocer que Plummer se conserva divinamente, para los 146 años que tiene. Encomiable profesionalidad. No diría yo tanto de Gilliam, que transmite la impresión de que se le fue la mano con el alucinógeno.

La película es horrible, por momentos le dan a uno ganas de llorar. Y el antiguo Python evidencia de nuevo que no tiene muy clara la distinción entre genialidad y desvarío. Sin que sirva de precedente, suscribo al cien por cien la opinión de Boyero.