Probablemente el mayor fallo de la película sea la dirección, cansina, ortopédicamente esteticista; pero sobre todo falla el reparto. Con decir que es Dennis Hopper el que sale mejor parado, queda dicho todo. La elección de protagonistas es muy poco afortunada, Kingsley y Cruz no me han transmitido ni frío ni calor. En el caso de la madrileña, lo entiendo, porque no sabe actuar; en el caso del británico, un actor competente, supongo que lo que ocurre es que no se cree su personaje ni por un segundo. No me extraña, porque su papel de exitoso profesor (con rollete semiótico) de día, y cazajovencitas de noche es bastante poco verosímil. Su contrastada categoría como mal esposo y peor padre tampoco queda demasiado bien perfilada por los secundarios de turno, Clarkson y Sarsgaard.

En fin, un supuesto melodrama con dos partes bien diferenciadas, la alegre y pseudo erótica, más llevadera, y un tercio final bastante patético, más que por lo que se cuenta, que en sí es trágico, por cómo se cuenta.