“Las cazafantasmas” tiene el dudoso privilegio de ser la primera - o de las primeras- reconstrucciones de clásicos adaptados a la perspectiva de género y/o diversidad, es decir, repetir una película - muchas veces plano a plano o chiste a chiste- pero repartiendo los papeles entre hombres, mujeres, razas e identidades sexuales. Si las intenciones fuesen realmente honestas - visibilizar colectivos discriminados- podría entenderlo y valorar cada caso de manera individual en función de si el resultado es decente o no, pero no soporto que intenten engañarme y colarme como acto de protesta social lo que suele ser simplemente una forma de estirar el éxito de algo y generar ingresos adicionales con coste cero en ideas… por lo que suelo afrontar estas películas con muchos, muchos prejuicios, sobre todo por el mal sabor de boca que suelen dejar cuando dejan por los suelos auténticas joyas.

De todos modos, visto el resultado final, merece el esfuerzo de valorarla por lo que es. En “Las cazafantasmas” la revisión es extrema en materia de género – donde antes había un equipo de hombres ahora hay un equipo de mujeres- y parcial en materia racial – han colocado a una afroamericana- y, más allá del ya comentado tufo a oportunismo, la apuesta no chirría del todo. Prejuicios justificados aparte, el equipo de cazafantasmas femenino no es ninguna aberración argumental como podría serlo una 007 mujer, las tres Reinas Magas o Espartaco el afroamericano.

Además, ha pasado el tiempo suficiente como para no tener en mente la película original y ahorrarnos las comparaciones. También hay que reconocer que “Las cazafantasmas” no es un calco sino que toma la idea general y algunos elementos clave, pero luego todos los gags son cosecha propia, así como el tono más cómico y desenfadado. Por otro lado, el equipo tiene química y muchos de los sketches funcionan - otros no, pero bueno-. Kristen Wiig tiene magnetismo y gracia, Melissa MacArthy tiene algo de gracia más allá del humor corporal y el resto no lo hacen mal. Remarcable Chris Hemsworth que sabe reírse de sí mismo y su contribución es destacable. Los efectos especiales apenas han cambiado lo que quiere decir que no son malos.

El resultado es decente y entretiene. En lo ideológico se merece el beneficio de la duda, quizás sí es una película pasable por sí misma. Innecesaria, pero pasable.