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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
7
Thriller Madrid, principios del siglo XXI. Un día, el inspector de policía Santos Trinidad, volviendo a casa muy borracho, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría incriminarlo. Santos emprende una investigación destinada a localizar y a eliminar al testigo. Mientras tanto, la juez Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino ... [+]
19 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya tiempo que el cine español se ha revelado capaz de hacer cosas audaces, novedosas, bien facturadas y con ambición. Otra cosa es que malgaste su talento dejándose seducir por la tentación del aplauso fácil y la subvención rápida, pero no tiene nada que ver con la raquítica oferta a la que me enfrentaba cuando era pequeño: cine lolailo del tardofranquismo y la transición (con el que no voy a negar que me lo pasaba muy bien con “La ciudad no es para mí” o “Vaya par de gemelos”), el destape del infravalorado Mariano Ozores, las monótocas comedietas de cuernos de Resines y Forqué y, por supuesto, las intragables almodovaradas.

Las excepciones eran contadas y recuerdo perfectamente el impacto que me provocó la “Todo por la pasta”, del (por entonces) casi desconocido Enrique Urbizu, que me dejó pegado al sofá casi sin respiración. No voy a decir que fuese el primer ni el mejor thriller policial español de la época, pero era algo que yo nunca había visto: su ejecución técnica te traía a la cabeza los dramas policiales del cine americano e importaba coreografías de peleas y tiroteos con un realismo desconocido por estos lares. Pero no era lo único que con un ritmo frenético era capaz de desarrollar una oscura y enrevesada trama con policías siniestros, gángsters aún más siniestros, terroristas, políticos y dos chicas que pasaban por ahí. Ya digo: lo nunca visto.

Desde entonces, Urbizu ha profundizado en eso de tratar de hacer cosas novedosas (con alguna patochada de Resines, Maura y compañía por el camino, sí, vale) y depurado su técnica innata para thrillers en sucesivos intentos que han cristalizado en esta “No habrá paz para los malvados” que, para mí, marca un antes y un después en el cine español, como el primer thriller que en ritmo, complejidad argumental, sorpresas y ejecución no tiene nada que envidiar a cualquier producción de Hollywood. Es como si esa película hubiese roto alguna clase de barrera , cruzado alguna línea roja o arrancado alguna venda de los ojos como para que otros hayan seguido su camino y buscado hacer fortuna en un género, el thriller, hasta entonces muy encorsetado a lo de siempre, sin ninguna capacidad de sorpresa ni ganas de buscarla: los buenos son los buenos y se quedan con la chica y los malos son los malos y van a la cárcel.

Repasándola, me parece ver en ella una versión perfeccionada de “Todo por la pasta”. Un magnífico José Coronado como policía duro y sucio, complejo, al que a veces quieres y a veces desprecias, que se termina enfrentando a adversarios más duros y sucios en complicadas tramas que dan varios giros de 90, 180 y 360 grados hasta que es imposible elaborar un juicio sobre quién es bueno o malo, porque en cada fase de la película los roles evolucionan y tus conceptos cambian. El mérito de “No habrá paz para los malvados”, además de romper los cánones establecidos es que la complejidad argumental no degenera en un caos narrativo, sino que las tramas y los giros son exigentes y demandan atención, pero todo es coherente y el conjunto sólido.

Sin duda, un referente del cine español que, sorprendentemente, tuvo un merecido reconocimiento en los Goya.
OsitoF
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