Hay gente capaz de hacer reir con mover una ceja y gente con la que no serías capaz de reirte ni aunque te fuese la vida en ello. No es ningún drama ni nada de lo que avergonzarse, cada uno es lo que es y vale para lo que vale... a no ser que, por alguna razón, esa persona decida dedicarse al mundo del humor (ya sea en forma de narrador de monólogos, de actor de comedias o de representante de uno de los sindicatos mayoritarios de España que convoca en la puerta del Congreso una manifestación contra el paro... ¡¡en la Unión Europea!!).

Hay muchos ejemplos de gente que povoca rechazo a la risa: Javier Coronas, los Hermanos Calatrava o, en el caso que nos ocupa, Adam Sandler... y es una sensación extraña, porque es como si mi cerebro se diera cuenta de que el gag es gracioso pero no es que no de la orden a mis músculos faciales de descojonarse... no, es que directamente me lo prohibe. Yo soy consciente de que el chiste es gracioso pero soy incapaz de reir, o dicho en otras palabras, con ese chiste contado por cualquier otra persona (¡por cualquiera, incluso los Morancos!) estaría tirado por el suelo de la risa.

He comenzado con esta pequeña reflexión porque es posible perdonar que una comedia sea cinematográficamente aberrante si consigue su objetivo de hace reir otras, pero si resulta que es un truño sin pies ni cabeza y encima no tiene ni pizca de gracias, apaga y vámonos. Con esto estaría todo dicho: "Zohan" es una película mala sin gracia, pero me quedaría una crítica un poco sosa así que meteré un poco de relleno.

Para qué vamos a engañarnos, "Zohan" no es una comedia fina como "Sopa de Ganso" ni "Tiempos modernos", no... ni llega al nivel de "Aterriza como puedas" o "Jaula de Grillos", no... en terminos cuantitativos está sólo un poquito por encima de "Scary Movie", pero lastrada por tener a dos tíos como Turturro y Sandler que provocan repulsión. Durante cien minutos (¡cien!) asistimos a la mayor concentración de gags soeces por unidad de tiempo de la historia del cine (?). Hay chistes sexuales de todo lo que os podeis imaginar: penes erectos, vaginas, penes con disfunción eréctil, depilación ínitima, penes que hablan, lubricación, vegetales con forma fálica, tubos que desparraman chorros de líquido... capaces de saturar al adicto al sexo más salidorro. Imposible no terminar diciendo ¡basta!.

Los escasos gags no sexuales son a costa de las minorías étnicas americanas y del conflicto árabe-palestino... y sigo en el spoiler, que me quedo sin sitio (tampoco pasaría nada por contar algo de la película, la verdad).