“Lío en Broadway” terminó siendo la última película de uno de los más renombrados directores y guionistas de Hollywood, Peter Bogdanovich, antes de dejarnos el año pasado. Una comedia de enredos, confusiones y diálogos aturullados muy bien escrita, bien realizada y con un gran acabado pero que patina al ofrecer un humor muy inocente propio de varias décadas atrás con un envoltorio más de teatro y vodevil que de pantalla grande (incluso pequeña) que empequeñece la propuesta general. Las situaciones son simpáticas, igual que la gran mayoría de los protagonistas (Poots no puede dejar de sobreactuar y lo de Owen Wilson es muy para gustos de cada uno) pero deja esa sensación de bucle estructural en el que se sale de una trama con un nuevo personaje relacionado de alguna manera con los protagonistas de la anterior que arranca una nueva trama de la que se sale con otro nuevo personaje que inicia su hilo… hasta un previsible final convergente en el que resuelven y desenmarañan los vínculos entre unos y otros. Casi se pueden intuir los personajes entre bambalinas esperando la señal para entrar en el escenario. En cierto modo me quiere recordar a algunas obras del tour europeo de Woody Allen, pero con alma de obra teatral y sin el tratamiento cinematográfico de este último. Con todo, un gran trabajo en muchos sentidos.