Este es de largo el espectáculo más estúpido que he visto en mucho tiempo. Lo que le diferencia de otros del estilo es que es plenamente consciente de su exagerada idiotez y todo el equipo involucrado en su creación se esfuerza por llevarla al límite que separa la película de acción de la parodia.

La historia es tan absurda y simple que lo más recomendable en poner el cerebro en "off" y las escenas de acción, unas veces resultonas otras torpes, buscan más la complicidad que el asombro. Su reputado reparto parece que vaya a echarse a reír en mitad de cada escena, especialmente un Paul Giamatti que aparece aquí por pasarlo bien y cobrar un cheque con muchos ceros.

Quizá sea sólo una especie de broma o un pseudo-intelectual experimento post-"algo", pero lo que es seguro es que es tan plana que la olvidarán en un milisegundo.