Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sunset Boulevard
Voto de Cineaste:
9
Cine negro. Intriga Un agente de la policía de narcóticos (Heston) llega a la frontera mexicana con su esposa justo en el momento en que explota una bomba. Inmediatamente se hace cargo de la investigación contando con la colaboración de Quinlan (Welles), el jefe de la policía local, muy conocido en la zona por sus métodos expeditivos y poco ortodoxos. Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro. (FILMAFFINITY) [+]
11 de octubre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando Orson Welles se propuso rodar esta película, ya había revolucionado el mundo del cine a edad muy temprana, logrando tocar la cima con “Ciudadano Kane” (1941). Posteriormente, alcanzó la fama con el “Cuarto mandamiento” (1942) y asentó las bases del cine negro con la “Dama de Shangai” (1948), apreciándose un estilo mucho más maduro y desarrollado en “Sed de mal”.

El largometraje cuenta con la inmensa mayoría de los componentes que contiene el más intrínseco cine negro llevado a la máxima potencia. Bajo la batuta de un visionario de la técnica cinematográfica, la exquisita factura técnica impregnada en cada fotograma de la mano de Rusell Mean baila al son de la dinámica y plural banda sonora, que pone una nota de color discordante a los tópicos entramados del género, poco dado a experimentar con dichas técnicas de sonido.

Por si fuera poco, se nos muestra un duelo bajo la luz de la luna – puesto que gran parte del film fue rodado en horario nocturno-, que enfrenta en una sucesión de tramas policiales y políticas corruptas al propio Welles, frente a un peso pesado del séptimo arte como Charlton Heston. La trama, que baila a los dos lados de la frontera centroamericana, no se olvida de la víctima femenina tan característica del género, encarnada por Janet Leigh, desarrollando el papel al más puro estilo Psicosis (1960).

Tan negra como británica, tan latina como actuada, tan sonora como expresiva y tan cuidada como argumentada, la obra que compitió con “Vértigo: de entre los muertos” (Alfred Hitchock, 1958), pudo contar con un elemento diferenciador: una de las mejores aperturas de la historia del cine con un plano secuencia que ya es leyenda, como la propia figura del director.
Cineaste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow