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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
10
7,4
5.295
Documental Alemania, año 1934. Adolf Hitler acababa de llegar al poder un año antes. En Nuremberg, el partido nacionalsocialista celebra un triunfalista y patriótico congreso en el que se exaltan los valores del pueblo alemán y la raza aria. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del mismo modo que no hay que ser necesariamente marxista para degustar El acorazado Potemkin, junto con la que nos ocupa el mejor film de propaganda de la historia del Cine, no es preciso abrazar los delirios nacionalsocialistas para quedarse embelesado, hipnotizado, estupefacto y babeante ante una obra de incomparable ingenio y valor artísticos. Mucho había oído hablar de este documental señero, pero su reciente aparición en BluRay me animó a incorporarlo a mi filmoteca. No salía de mi asombro. A parte de ver inmortalizados a los monstruos que todavía desfilan en nuestras pesadillas (Hitler, Goebbels, Göring), cada fotograma habla por sí solo de lo que significó el nazismo para la derrotada y humillada Alemania. En ocasiones, el espectador parece estar asistiendo a una película de ciencia-ficción, un producto de la imaginación, una ucronía ideada por un visionario demente que transcurre en otra dimensión o en otro planeta. Pero la triste verdad es que todo cuanto vemos fue real, desgraciadamente real. Sin embargo, nada ni nadie puede negar el inmenso talento de Leni Riefenstahl, los increíbles encuadres, la agilidad de la cámara, el preciso bisturí que disecciona la materia de la que está hecha el nazismo, incluida una poco encubierta homosexualidad en ese intenso roce corporal de los presuntos machos. Se me puso la carne de gallina al pensar que ese documental debió ser visto por la mayoría de líderes europeos de la época, que no supieron, o no quisieron ver, lo que se avecinaba. Cuesta declararles inocentes de lo que sucedió cuatro años más tarde del estreno de la película. Malditos sean por haber desviado la vista hacia otro lado y no haber erigido diques de contención a tiempo. El mundo se habría ahorrado entre 50 y 100 millones de muertos, según las fuentes. Pero así se escribe la Historia, con la sangre y el dolor de los inocentes. Disfrutad esta obra maestra y estremeceos.
Eduardo
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