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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Serie de TV. Ciencia ficción Serie de TV (2017-2024). 5 temporadas. 65 episodios. Ambientada aproximadamente diez años antes de la serie original de 'Star Trek' y desmarcándose de la línea temporal de los largometrajes, 'Star Trek: Discovery' sigue a la tripulación del USS Discovery según va descubriendo nuevos mundos y formas de vida. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2017
6 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
En casi todas sus vertientes, 'Star Trek' ha sido una saga sobre la esperanza: no importa cuán diferentes sus miembros ni cuán lejos los viajes estelares, las diferentes tripulaciones siempre llevaban estoicamente valores de convivencia y comunicación a toda la galaxia.
Tal vez inconscientemente, nos hemos acostumbrado a esa imagen, hasta el punto de que hay varios roles preestablecidos que llenar en cada nueva encarnación, y las diferentes series nunca han querido moverse de esa estructura.
Si fuera de otra manera, ¿cómo podría llevar el nombre de 'Star Trek'?

Por eso 'Discovery' es un paso muy especial.
Porque, adaptándose a los nuevos tiempos y desempolvando el aire inocente que envolvía la franquicia, acepta que a veces tenemos que usar los métodos más cuestionables para conseguir los resultados menos malos.
No se trata de crueldad, ni de falta de escrúpulos (aunque algo de eso hay), sino de situaciones desesperadas que requieren enfoques nunca contemplados.
Hasta ahora siempre contábamos con un teletransporte a tiempo, con un parlamento entre culturas, o quizás con un entendimiento a pesar de las diferencias, pero ya no hay atajos fáciles al final feliz e inspirador: esto es el espacio inexplorado, peligroso y el doble de conflictivo.

Aunque dar un golpe de timón tan brusco habría sido esperable, por no decir típico, pues estaba la trampa de envolver lo mismo de siempre en papel de distinto color.
Bryan Fuller, sin embargo, entiende que tenemos que venir de aquí para llegar ahí: por eso un símbolo de la Flota Estelar escrito en el desierto abre la veda del asombro y lo increíble, para que pensemos que esto es, de nuevo, la historia de un futuro mejor basado en alianza de sociedades e idealista exploración.
Todo para, poco después, ejecutar una de las más elaboradas trampas de la televisión moderna, donde los primeros capítulos son la antesala de lo que viene después, un mini-arco que muchos otros habrían relegado a un flashback o explicación posterior, y aquí se le da toda la trágica importancia que merece.

Porque tenemos que estar ahí, con la oficial Michael Burnham, comprendiendo que hasta las mejores intenciones pueden irse a la mierda.
Porque los peores errores no se han vivido si sólo se cuentan.

Fracasado el plan desesperado que siempre salía bien (¡cómo puede ser, si esto es Star Trek!), ella empezará su propio camino de redención personal formando parte de la USS Discovery, y la distancia con el estereotipo de "rebelde protagonista porque el mundo la ha hecho así" es palpable: hemos estado con ella a cada paso, y sabemos que no es una santa, pero tampoco la más sensata.
Por una maniobra de guión bastante inteligente (a la par que agradecido fanservice) esta tripulación se siente como lo mismo, pero no exactamente, pues más que llevar a cabo importantes misiones de paz lo que hacen es sobrevivir y empujar los límites con sus propios medios, sin ningún alto cargo que les tenga en estima o que llegado el momento les diga "buen trabajo".
Gabriel Lorca, el primer capitán que no se preocupa ante la posibilidad de guerra Klingon, podría ser la figura más interesante, pero todos tienen su momentito de gloria, gracias a unas tramas que no convierten en "camisetas rojas" a nadie y se dedican a justificar que cada uno nos importe.

Bucles temporales, especies amenazadas, tecnologías interestelares de funcionamiento sacrificado, planetas vivientes que seducen con la promesa de paz en tiempos bélicos... todo ello con seres que dudan y sienten, antes que afirman y se lanzan valientemente.
Podría titularse "el lado oscuro de Star Trek" pero lo cierto es que no es así: es el lado humano, despreciado y fuertemente autoafirmado de Star Trek, que da la espalda a ídolos de cartón piedra y sabe que, si errar es humano y hemos conseguido socializar allá afuera, errar también debe ser alienígena (aunque los Vulcanianos intenten reprimirlo con lógica, aunque los Klingon nunca admitan su debilidad).

Parece un tópico decir que se ha conquistado otra nueva última frontera.
Pero nunca hemos cruzado ninguna: esta historia va de cómo, más allá de las estrellas, Michael Burnham lo perdió todo, y empezó a reconstruirse a si misma, a su manera.
Aunque todos le dijeran que no podía, porque tenía que aceptar un lugar en el que ni los que la criticaban consideraban estar.

Tiene sentido entonces, que más allá de la (inevitable) guerra Klingon, esta historia empiece alabando un símbolo de la Flota, y en su último episodio todo vaya de salvar otro, uno más pequeño y personal sin el que Michael no podría ir más allá de todo lo conocido.
Porque al final no se trata de un símbolo, sino de las personas que lo forman e inspiran.

Aún con todas sus fallas, flaquezas y dudas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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