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Costa Rica Costa Rica · Me encantan las galletas
Voto de Javier Moreno:
5
Drama. Romance Rusia, siglo XIX. Antonina Miliukova, joven acomodada y brillante, se casa con el compositor Piotr Chaikovski. Pero el amor que siente por él se vuelve una obsesión, y la joven se topa con un rechazo vehemente. Consumida por sus sentimientos, Antonina será capaz de soportarlo todo con tal de permanecer a su lado. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2023
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras otros 10 largometrajes, Kirill Serebrennikov nos trae este biopic alternativo en formato "clásico de época" llamado "LA MUJER DE TCHAIKOVSKY" en el que nos cuenta cómo la obsesión de Antonina Miliukova con el compositor les llevó a un matrimonio tortuoso.

Es Serebrennikov un ejemplo de este nuevo cine ruso que está pegando fuerte en muchos festivales internacionales y, sin lugar a duda, bien merecido tiene ese lugar. Todos nuestros ojos y oídos puestos en lo que fabrica este director, ya que suele ser denso e interesante, a lo que sumamos que esta película es su mayor obra.

El drama romántico, biográfico en parte, se centra en ese S. XIX ruso en el que la música es elemento fundamental burgués frente a la miseria colectiva. Comienza oscura, lúgubre. Azul, azul verdoso. Y llama la atención la luz. El trabajo de fotografía y luces en esta película se llevaría un Oscar si fuera producción estadounidense.

La época, la caracterización, los escenarios oscuros y la miseria nos transporta a un lugar, no sólo físico, también espiritual en el que el camino a seguir sólo parece uno. Triste, pero uno. Es cuando conocemos que "la mujer" es en realidad una pretendiente que es rechazada por el propio Tchaikovsky. Su aspereza en general y su asqueo hacia las mujeres en particular pone algo de relieve, pero no nos lo cuentan hasta pasadas casi dos horas.

Parece que el film se ha estancado en el rechazo, en la incomprensión y en la (no sabemos por qué) obsesión inexplicable de Antonina. La trama gira hacia una posibilidad que abre la puerta al matrimonio ofreciendo sólo oprobio, malestar, disgusto y desidia. Para la protagonista, nosotros seguimos disfrutando de la luz, de los planos, de los recursos.

La última media hora acelera un poco. Se agradece, ya que es lenta y sin llamadas de atención. Se acerca la locura, el formato desafía un poco al realizador que hasta ahora habíamos disfrutado. Este Serebrennikov es más fantástico, más experimentador. Es de agradecer no sólo una producción fiel a la elegancia, sino una interpretación fabulosa por parte de Alyona Mikhailova. Gracias al final de arte y fantasía, sobre todo últimos 3 minutos, se nos eleva un poco el espíritu y aplaudimos esta película.
Javier Moreno
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