Maravillosa recreación de una época y un lugar que forman un contexto que para la mayoría nos es muy ajeno. De esa singularidad y de la belleza inexplicable de la fotografía brota una historia de esas que aparecen sin querer, porque el azar y lo inescrutable tienen mucho que ver en el devenir de la existencia de todo humano, tanto en nosotros mismos, occidentales urbanitas (o no), como en un extraño hombre musulmán que comparte viaje por el desierto de Argelia con un maestro de escuela rural. La historia es sencilla, la recreación, ya lo he dicho, es una maravilla.

Hay muchos puntos de interés, no conocer demasiado acerca de lo que se cocía en la Argelia colonizada y que se empezaba a rebelar contra Francia no supone que no tenga interés. Todo lo contrario, el contexto histórico es un gran anzuelo, descubrir a esa guerrilla que lucha como puede contra la gran metrópolis es lo mejor que le puede pasar a "Lejos de los hombres" y sobre todo, ahora voy a lo mejor, descubrir cómo se desgrana el presente y el pasado de nuestros dos protagonistas hace que nuestra empatía hacia ellos crezca y crezca. Mortensen lleva a sus espaldas la interpretación del personaje más agradecido, pero la verdad, desenmascarar al pobre reo musulmán y destapar el drama que arrastra hace que la película aumente con los minutos.

Gran entretenimiento pues. La película es áspera y dura en muchos pasajes, pero al final el regusto es grato. No compartimos ni tiempo ni lugar con ellos y además las leyes no escritas que rigen sus vidas nos pueden parecer incomprensibles. Y sin embargo funciona. Ahí (aquí) está la grandeza del cine.