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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
10
The Missing Picture
2013 Camboya
Documental, Intervenciones de: Randal Douc, Jean-Baptiste Phou
7,1
1.185
Documental. Bélico Durante el régimen comunista de Pol Pot en Camboya (1975-1979), miles de personas fueron despojadas de sus tierras y forzadas a trabajar en campos agrícolas. La dictadura de los jemeres rojos ejecutó y torturó a cualquiera que le pareciera sospechoso de sedición. Los familiares del director Rithy Panh, quien escapó en su adolescencia de su país, fueron desapareciendo uno a uno. Para contar la historia de esta época, Panh buscó imágenes ... [+]
10 de julio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay historias que llegan mucho más profundamente al espectador dependiendo de las formas que se usan: a eso yo lo llamo, para empezar, un uso ejemplar de las técnicas cinematográficas. "La imagen perdida" responde al tipo de películas que consiguen que el que las ve quede de forma inevitable estupefacto. No es un documental al uso, no es cine de fácil etiquetaje, no es algo que se haya hecho antes nunca; es un largometraje único. Porque sobre el genocidio camboyano se pueden hacer mil películas, pero ninguna conseguirá obtener lo que se desprende de "La imagen perdida", que a través de una historia personal y concreta obtenemos una mirada única sobre el desastre que cayó encima de la población camboyana.

Nadie debería olvidarse de ellos, de esa historia de autogenocidio incomprensible, de la muerte y la desolación, de lo que es capaz de hacer el hombre. Muchos temas están tan trillados que cuando llega a tus manos una película como "La imagen perdida" es posible que pueda indignar a más de uno, porque es un tema ignorado por la historia, porque pocos conocen lo que sucedió allí y porque pese a los años que han pasado desde entonces, las heridas siguen abiertas y el dolor aún permanece vivo en la mayoría.

Rithy Panh es nuestro testigo, Rithy Panh es ese niño que con los años no se perdona haber sobrevivido, porque se siente culpable, porque cree que pudo haber hecho algo más por los demás, porque hay imágenes que no conseguirá olvidar jamás.

La tristeza y el dolor. Muñequitos perfilados a mano con mucho mimo. Ese dolor, gracias al cine, gracias a las maravillosas composiciones que vemos aquí, también es dolor para el espectador. Y quieres apagar la tele, y quieres maldecir, y te haces una idea de ese drama. La película es bella porque es personal. Y dan ganas de gritar a los cuatro vientos, preguntar mil veces por qué. Es cine, bien parido, cine que nace de las entrañas, como la poesía, indiscutiblemente noble y sincero. Una obra perfecta.
Luisito
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