Por lo visto hasta ahora, parece ser que en la filmografía de Masaki Kobayashi se concentra una enorme cantidad de horas de cine de calidad. Muchos de sus títulos se acercan a la obra maestra absoluta, eso ya es cuestión de matices en las opiniones, mientras que otras de sus películas son sencillamente inmejorables. "Rebelión" es para mí, sin ninguna duda, una creación concreta a la que no le falta nada, toca techo a través de la unión de la imagen perfecta y el guión impecable. No quiero comparar a Kobayashi con Kurosawa, ni siquiera consigo mismo y su "Harakiri", lo que he visto en esta historia protagonizada por Toshiro Mifune es un caso individual de largometraje capaz de emocionar poco a poco, desde la presentación del conflicto, hasta el gran estallido final. Mi fascinación por "Rebelión" es absoluta, así que las palabras siempre van a ser pocas.

El trato que hace de la imagen Kobayashi podría ponerse en entredicho porque el arranque de la película es teatral, apenas hay espacios abiertos y los hechos tienen lugar en el interior de la casa japonesa. Tiempo al tiempo, la belleza de la imagen en movimiento llega de forma indiscutible, como la acción, desatada en la parte final, dejando atrás las palabras y pasando al enfrentamiento directo y físico. La vida y la muerte, nada menos que es esa la base de la película de Kobayashi. Una vida enraizada, sometida al clan y al nefasto señor dominante, nada menos que veinte años de infelicidad la del matrimonio de Mifune con su mujer, lo que viene a ser la muerte en vida. Las motivaciones existenciales de Kobayashi son hermosas e indiscutibles, personificadas en el carácter de Mifune, alguien que despliega un amor inmenso por su hijo, por el amor de su hijo y nuera, por la nieta de ambos. Nada menos que todo aquello que él no tuvo.

Hasta que Mifune exclama "basta!!", grita y se rebela, el ambiente insano de opresión se ha caldeado de forma ya insoportable. Entonces demuestra su dignidad, algo que pocos a su alrededor poseen, un amor propio que le impide seguir siendo pisoteado. Por ello pienso que la película de Kobayashi es un diez, la actitud de enfrentamiento de Mifune es extrapolable a los días de hoy, su grito "basta!" es aplicable a nuestras circunstancias. Pocas veces el valor humano de un personaje en el cine ha sido tan ejemplar.

Mis palabras son insuficientes, lo sé de sobras. Mi admiración por el cine de Masaki Kobayashi ha tocado techo con esta película, no se le puede pedir más. Su romanticismo es una cima insuperable para mí. De hecho, lo que lamento es haber tardado en descubrirlo, por ello no puedo dejar de anotar que cualquier espectador que caiga por azar o por recomendación ante el cine de este gran nombre propio de la historia del cine, quedará maravillado.