Vaya, yo que quería rendir el homenaje que se merece David Bowie, que nos dejó hace poco, y he ido a escoger una película que es un desastre. No es que Bowie lo haga mal (aunque lógicamente lo prefiero como músico), el problema es el enredo mal contado y el mal uso (y abuso) de las elipsis. Se trata de una película que no es que sea larga, es eterna, y lo peor es que a menudo es muy ridícula. Estamos hablando de un tío nada menos que extraterrestre (lo cual es cierto que a Bowie le venía como anillo al dedo), pues bien, el recuerdo de su familia extraterrestre, con la despedida de su familia, es de lo más lamentable que he visto. Un desacierto que además se repite.

Y lo que más me molesta es que la historia es de lo más sugestiva, es original, es ciencia ficción hecha con neuronas. Pero esas ideas han sido llevadas a la pantalla de forma equivocada. Puede que la época no diera para más, alquien opina con bastante razón que es producto del agujero negro que fueron los años setenta para el cine. ¿Las cosas se hacían así de mal y no se daban cuenta? Una lástima, la idea del visitante que hace lo que hace aquí Bowie es muy buena. Pero está muy mal hecha. Otra cosa, que pese a no aportar nada me ha parecido una maravilla, es apreciar las densas pelambreras púbicas de la época. Menos mal que no ahorraron en escenas de sexo, lo cual siempre sienta bien...