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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
8
Drama A finales de la Época Heian en el siglo XII, el gobernador de un pueblo es enviado al exilio. A pesar de que su familia quiere ir con él, ninguno podrá acompañarle, pues, engañados por una vieja que se hace pasar por sacerdotisa, son vendidos como esclavos por separado: la madre por un lado y los hijos por otro. (FILMAFFINITY)
7 de junio de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No debe ser fácil encontrar la manera para que un mensaje concreto llegue a todo tipo de espectador a partir de un contexto muy particular como el Japón feudal. Incluso los muy ajenos a la cultura nipona podemos hacer nuestro el dolor de los hermanos que sufren el melodrama que Mizoguchi nos ofrece de forma desgarradora. Pese a la distancia cultural, todos podemos entender lo que es una separación brutal como la que sufren los dos hermanos respecto a la madre, incluso podemos entender lo que es la esclavitud y la falta de libertad. Para nosotros la esclavitud es sólo una palabra, pero para la Historia de la humanidad ha sido seguramente la fuerza de trabajo más común en cualquier civilización pasada.

Pues bien, Kenji Mizoguchi echó el ancla a su país natal, que para eso es lo que más conocía, y ofrece un mensaje universal con el que puedan quedar satisfechas hasta las tan opuestas almas occidentales. Y lo hace tan bien, tal vez a causa de la unión de experiencia (en ese año 1954 ya era un veterano en el mundo del cine) con la incuestionable virtud innata, que es muy difícil acabar de ver "El intendente Sansho" sin elogiar su calidad.

Hay escenas con tanta intensidad dramática que por sí mismas hacen inolvidable esta película; por supuesto, en el spoiler más detalles. Mizoguchi eleva el melodrama a un nivel elevadísimo, sin que importe que las caras de los protagonistas sean las propias de gente infeliz cada vez que aparecen en pantalla, de forma constante tristes y humillados: de otra manera no puede ser. Lo mismo que los malos son los peores nunca vistos, en el otro extremo, sin términos medios. A mí "El intendente Sansho" me ha convencido por su mensaje humanista imperecedero y porque las lágrimas y los llantos, cuando están expuestos de forma brillante, son las cosas que mejor funcionan en el cine. El mérito es del director, que escoge la historia y la presenta de esta manera. Puede que otros caerían en el ridículo con las mismas cosas entre manos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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