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España España · Las Palmas
Voto de Oscar:
9
Drama Después de sufrir una tragedia familiar, Mack Phillips (Sam Worthington) cae en una profunda depresión que le lleva a cuestionar todas sus creencias. Sumido en una crisis de fe, recibe una enigmática carta donde un misterioso personaje le cita en una cabaña abandonada en lo más profundo de los bosques de Oregón. A pesar de sus dudas, Mack viaja a la cabaña, donde se encontrará con alguien inesperado. Este encuentro conducirá a Mack a ... [+]
3 de abril de 2019
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de esas películas necesarias, una película que es agua para el desierto. Es uno de esos casos en que el cine, a parte de ser entretenimiento, es también reflexión profunda, vital y espiritual.

Es una reflexión sobre el ser humano que intenta responder a las preguntas por el sentido. El personaje de Mark se pregunta que sentido tiene la vida ante el asesinato de su pequeña hija. No existe un por qué ante ese sinsentido que ha trastocado los cimientos de su vida.

Y en medio de esa fase de duelo y decepción, es conducido a la cabaña en la que se produjo la violación y el asesinato de su niña. Y allí va a descubrir a tres personajes… Y es aquí cuando el simbolismo teológico entra en acción. La película se transforma en toda una metáfora muy bien hecha y documentada teologicamente sobre el misterio de Dios Trino, que se hace presente en la vida de Mark.
Una película que reflexiona sobre la perdida, el dolor, la familia y de lo “ciegos” que estamos muchas veces por culpa de nuestra soberbia de no querer admitir que “lo esencial es invisible al ojo humano”.

Poco a poco Mark va a intentar comprender quienes son y que intentan transmitirle. La película pone el dedo en la llaga en lo que se refiere a muchas dudas y viejos cuestionamientos que le hemos hecho a Dios.

“Estoy en medio de todo lo que vosotros consideráis un desastre”, le contesta el personaje de Octavia Spencer (que esta magistral en esta película) a Mark que quiere saber donde esta Dios en medio de tanto sufrimiento: “Siempre estoy, lo que cuando lo único que ves tu dolor, me pierdes de vista”.
Es la manifestación de un Dios que es Amor, que es Padre/Madre a la vez y que puede hacer un gran bien a partir de terribles tragedias. “La cabaña” es la prueba de que el cine es también medio valido de reflexión teológico, sobre el sentido último de la vida. Con un guión excepcional de John Fusco, Andrew Lanham y Destin Daniel Cretton que logran poner en boca de los personajes con una autenticidad y sinceridad verdadera afirmaciones a muchas preguntas que a menudo nos hacemos.

“El dolor te roba tu felicidad y paraliza tu capacidad de amar”. En el amor esta la Verdad, y la Verdad es Dios y Dios es Amor.
Oscar
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