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Voto de Time Bandit:
7
Drama Anne Gueguen es una profesora de Historia de instituto que además se preocupa por los problemas de sus alumnos. Este año, como siempre, Anne tiene un grupo difícil. Frustrada por su materialismo y falta de ambición, Anne desafía a sus alumnos a participar en un concurso nacional sobre lo que significa ser adolescente en un campo de concentración nazi. Anne usa toda su energía y creatividad para captar la atención de sus alumnos y ... [+]
4 de junio de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a que se suponga que en el mundo occidental vivamos en una sociedad justa, donde todos al nacer partimos de la misma posición y con las mismas oportunidades los unos de los otros, lo cierto es que la desigualdad es un estigma que separa a unos y a otros desde el primer día de muy diferentes maneras; aunque todas relacionadas directa o indirectamente con el dinero, o más concretamente con el poder adquisitivo de la familia en el que uno haya tenido la suerte de nacer. Uno de los puntos claves de ello es la educación, sólo hay que ver las diferencias entre los colegios o institutos, dentro de un mismo país o incluso en la misma ciudad, destinados para los descendientes de los más pudientes, o las aulas donde se amontonan los vástagos de los menos favorecidos. En “La profesora de historia” se muestra una de estas clases, más concretamente donde se agrupan los “deshechos” de segundo de secundaría de un instituto público francés (aunque pudiera ser de cualquier otro país, incluido el nuestro), a los que todos, incluyendo ellos mismos, les han dado por perdidos.

Podemos ver reunidos varios prototipos de estudiantes, tan abundantes también en los institutos de ESO de mayor índice de fracaso escolar, con sus macarras, sus “chonis”, profesores atemorizados ante sus estudiantes, y esos “empollones” condenados al silencio en un entorno donde la ignorancia es la ley y donde tener mayor conocimiento que el resto, en lugar de ser premiado, es castigado con el escarnio público. A lo que hay que añadir las particularidades de una sociedad tan plural como la francesa actual, con varias jóvenes de diferentes etnias y religiones. Todos esos alumnos tienen algo en común: nadie espera nada de ellos, sino una vida condenada al fracaso. Pero todo cambiará gracias a su profesora de historia y tutora (a la que da vida Ariane Ascaride, un gran acierto de casting, pues ya físicamente da el pego como docente) que será la única persona que confiará en ellos, y lo demostrará apuntándolos en un concurso nacional con un trabajo sobre los niños y los jóvenes en la Francia de la ocupación Nazi. Aunque al principio la mayoría de alumnos se negarán en rotundo, poco a poco irán cambiando de opinión, mostrándose la evolución de ellos como grupo e individualmente.

Bien es cierto, que todo esto podría recordar (y recuerda) a cientos y cientos de películas sobre profesores entusiastas e idealistas con alumnos problemáticos pero con buen corazón, y la evolución y redención de estos últimos; y el esquema es prácticamente el mismo que el seguido que todas estas obras. Con la diferencia de que, a diferencia de muchas de éstas, se nota que no está realizada con el piloto automático, sino que está cargada de entusiasmo y pasión; a lo mejor debido al tema del que trata el trabajo de los estudiantes. Un asunto que, hoy en día, con el resurgir de ciertos movimientos neofascistas en Europa, cobra más importancia que nunca.

Una película necesaria y valiente, cuyo mayor defecto es el esquema sobre-utilizado por muchas películas antes que esta, lo que elimina gran parte del efecto sorpresa, haciendo que el espectador sepa en muchos momentos lo que va a suceder a continuación. Aunque, teniendo en cuenta eso, tiene aún más mérito que la obra en su conjunto siga permaneciendo fresca y viva. Aunque, sin lugar a duda, sus mayores virtudes residen en los dos mensajes que se entrelazan en la obra: por un lado, no hay que rendirse y confiar en la capacidad de cada uno pese todas las dificultades y luchar por sus sueños. Y por el otro, el mensaje profético de que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Algo que podemos aplicarnos a este lado de los Pirineos.
Time Bandit
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