"Historias de miedo para contar en la oscuridad" es una película que me pilló por sorpresa porque no la esperaba, ni la había oído nombrar.
Estuve pendiente del estreno de "Annabelle 3", de "It: Capítulo 2" y de la esperadísima "Midsommar", pero una vez visto el trailer de esta película, no pude evitar tener bastante curiosidad, especialmente por la poderosa combinación de André Ovredal como director ("La autopsia de Jane Doe") y Guillermo del Toro como productor.
Fui a verla al cine creyendo que me iba a encontrar con una película de historias de terror diferentes con distintos personajes al estilo de "Creepshow" y de "En los límites de la realidad", pero me llevé una grata sorpresa.

Tenemos a los mismos personajes durante toda la película, y en este caso son un grupo de adolescentes que experimentarán sus peores temores con historias de miedo que a medida que se desarrolla la película se irán haciendo realidad.
Este último punto es importante, porque el que desee ir a ver "Historias de miedo para contar en la oscuridad" debe tener claro que es terror juvenil, dirigido especialmente al público adolescente, aunque perfectamente disfrutable para un público más adulto.

No hay nada de sangre y algo que me gustó mucho de la película es que no necesita recurrir a ella en ningún momento, y la sustituye con otros elementos más siniestros.

Que Guillermo del Toro está detrás de cada detalle de la película es algo que se palpa constantemente. André Ovredal pone el terror y Guillermo del Toro el tono fantástico y mágico.

A destacar también la maravillosa ambientación sesentera. Los autocines, Richard Nixon, la Guerra de Vietnam (que en la película se menciona bastante y tiene cierta importancia), La noche de los muertos vivientes...Se nos introduce muy bien en 1968, año en el que acontecen todas las experiencias terroríficas que vivirán los jóvenes protagonistas.

Es ya una realidad que ha nacido un nuevo subgénero del terror: películas de terror ambientadas en los años 70 y 80 (en ocasiones en los 50 y en los 60, como esta) con los recursos cinematográficos de la actualidad. Desde "Expediente Warren" y "Annabelle", la mayoría de las películas de terror que llegan a nuestros cines son así, ambientadas en esos años.
Son películas que en parte tiran de la nostalgia, del boom que vivió en cine de terror en esas décadas y del juego que dan.
Se puede hacer perfectamente una película de terror ambientada en nuestros años y se hacen, pero ahora todo el mundo tiene móvil, ya no se construyen casas oscuras con las paredes empapeladas, ni tétricas mecedoras decoran sus salones, y cada vez es más difícil crear auténticas situaciones de terror que den miedo de verdad. Estas películas nos llevan al pasado, donde no hay teléfonos móviles, donde existe una mayor sensación de desamparo y donde el ambiente es más sereno y frí que entremezclado con los tormentos psicológicos de los personajes (en el caso de esta película, la Guerra de Vietnam) y el contexto social del momento, son caldo de cultivo para una verdadera película de terror, que sabe situarnos donde nos vamos a sentir menos protegidos.

"Historias de miedo para contar en la oscuridad" y otras muchas películas de terror de los últimos años juegan con eso y no me cabe ninguna duda de que en el futuro esta nueva oleada de películas de terror "retro" (por llamarlo de algún modo) se ganará un nombre.

Es terror juvenil con personajes algo tópicos (el gracioso del grupo, la chica coqueta y los malos del instituto) pero ninguno chirría y no se exageran sus papeles, por lo que realmente empatizas con ellos y te preocupas por sus vidas, por lo que les pueda pasar, y si una película consigue eso o se esfuerza en conseguirlo y se nota, no se puede pedir más.

Me pareció toda una carta de amor a los cuentos clásicos de terror y como no ha conseguido ninguna película de terror en lo que llevamos de año, me ha gustado de principio a fin y la forma en la que nos presenta cada una de estas historias de miedo me ha parecido bastante original.

7/10