La película se sustenta en la estructura del 90% de películas románticas: encuentro inesperado - relación intensa - conflicto (con intervención de terceros) - separación temporal y reconcilación, mezclado con pasajes en que se trata de hacer un panfleto demasiado evidente por lo políticamente correcto: "todos somos iguales, debemos quitarnos los prejuicios, el interior es lo que importa, bla, bla, bla" y otros en que se busca la risa fácil a partir del enanismo del protagonista sobre todo aquella escena del anaquel que pudo ser el punto de partida para un giro dramático o la evidencia de las dificultades reales que enfrenta una persona de baja estatura por mucho dinero que tenga. El momento dramático está poco elaborado: Ivana defiende a capa y espada a Leon frente a su madre, su ex, los tipos del restaurant y luego de todo eso resulta que recién descubrimos que no quiere seguir con él por su estatura. El personaje del socio es un desperdicio total, solo sirve para mostrarnos lo ética que es Ivana y al mismo tiempo cuan "conflictuada" es su vida: esperan que nos solidaricemos con su "odio a mi ex pero no puedo separarme de él". Y el final es lamentable: una explosión de fotografía retocada, la cortina musical y el predecible encuentro final, sin que estemos seguros si Ivana cambió de opinión o fue en busca de más adrenalina y más lujos.