La animada y alegre canción de la cabecera no casa con esta historia de sanguinarios vampiros a los que esta chica tiene que dar caza con su espada.
Pero, a diferencia de la cortísima película de 2001 con la que comienza esta franquicia, aquí la protagonista sí que tiene vida personal cuando no mata monstruos. La serie, al tener mucho más tiempo, permite desarrollar más al personaje de Saya, que por cierto ha perdido misteriosamente la memoria (no es “spoiler”, se ve desde el primer momento).
Así que, pasan más cosas y no solo es acción, pero de todas maneras está bastante bien aunque sea más tranquila que la película, que iba totalmente al grano. Aquí los misterios del pasado de Saya y el escudo rojo, así como los dramas familiares, le dan más empaque y vidilla a todo.
Pero sigue destacando en los combates contra los quirópteros, con mucha violencia y gore, como tanto les gusta a estos japoneses. Ahí está la esencia de “Blood” y es donde podemos encontrar alguna que otra pelea épica.
Además, es una serie que no cansa, pues tiene varios arcos argumentales que le dan mucha variedad. Por ejemplo, la historia del centro de investigación del bosque poco tiene que ver con la del fantasma de la escuela. De hecho, a mitad de la primera temporada hay incluso un parón sentimental, igual que en otras muchas series de anime, donde hay como subtemporadas diferentes. Pero en este caso no les ha quedado tan desequilibrado como en otras como puede ser “Sword art online”, por ejemplo.
La verdad es que es un “anime” de los que me gustan. Lástima que la posterior serie “Blood C” fuera tan floja comparada con esta, y sin compararla también.