Tiene el defecto que suelen tener las producciones biográficas ambiciosas sobre interesantes personajes históricos: su excesiva duración.
Al igual que con "Lawrence de Arabia", "Gandhi", "Ali" o tantas otras, se pasan demasiado con el tiempo.
Las 3 horas y cuarto que se tienen que emplear para ver la vida de Malcolm X logran que lo que podría ser una película sobresaliente se quede en el notable, porque cansa muchísimo.
Denzel Washington está absolutamente magistral en la interpretación de este líder de los derechos afroamericanos, que tras una juventud alocada terminó en la cárcel, donde tuvo una transformación espiritual que le llevó a convertirse al islam. Al salir, se volvió un activista que creaba bastante jaleo con sus discursos.
Spike Lee se recrea con todo. Lo mismo se marca una coreografía con un baile, que se explaya con los discursos, que nos muestra la vida familiar. Todo es demasiado largo, pero con calidad.
Y es una pena, como digo, pues el gran nivel que tiene se viene abajo cuando empezamos a mirar el reloj con bastante frecuencia.
Tiene muchas frases para recordar, pues el personaje era muy carismático. Pero también me quedo con los momentos en que discute con su esposa. Es un grandísimo actor Denzel.
Con una hora menos de metraje, habría sido redonda.

Y ahora, un chiste:
Se abre el telón, y se ve un taxi que en su letrero pone "tasi". Se cierra el telón, ¿cómo se llama la película? "Mal, con X"