Michael Myers es uno de esos cansinos asesinos en serie que cumple los cánones que mencionaban en "Scream", pero del que yo personalmente nunca he sido un gran fan. Salvaría la primera de John Carpenter (pero por los pelos) y el remake de Rob Zombie. Las demás, sé que las he visto alguna vez, pero no tengo buenos recuerdos y no se me ha pasado por la cabeza volver a verlas antes de esta nueva.
Por suerte, parece que no han tenido mucho en cuenta los acontecimientos de ninguna de las secuelas, y es como si fuera una segunda parte directa de la original, 40 años después. Si hay alguna incoherencia con esto, a mí me da igual, aunque sí puede ser una falta de respeto para los más fieles seguidores del asesino este.
La de John Carpenter no era nada del otro mundo, y estaba plagada de agujeros de guion del tamaño de los cráteres lunares. Nunca he entendido tanta mitificación y éxito ni tantas secuelas repetitivas, tanto en este caso como en el de "Viernes 13". Así que me he encontrado con la sorpresa de que esta nueva película supera objetivamente en todo a la original (y que me perdonen los seguidores acérrimos nostálgicos, porque es lo que creo), sin limitarse a aprovechar el tirón.
Michael Myers ya no es una especie de superhéroe, sino que se sale siempre con la suya simplemente con fuerza y mucho sigilo, lo que lo hace todo mucho más creíble. También la fuga está mucho mejor explicada que en la antigua, donde estaba cogida con pinzas no, sino lo siguiente.
Los asesinatos siguen siendo poco sangrientos para ser una saga tan mítica en el mundo del terror, pero la película es tremendamente entretenida, con ritmo trepidante en la parte final y una buena cantidad de crímentes y momentos de tensión. También resulta todo mucho más creíble y coherente, lo que al mismo tiempo hace que sea más inquietante, con escenas como la del coche del sheriff , los baños públicos donde paran los periodistas o la de las luces activadas por movimiento, que les han quedado bastante bien a nivel de emoción.
Pero lo que más me ha gustado es que no es predecible. Tiene muchas sorpresas y giros, y no es como otras de este género en las que sabes continuamente todo lo que va a pasar sin haberla visto previamente, incluso en títulos muy recientes como "Hell fest", por ejemplo.
En cuanto a Jamie Lee Curtis, al principio me ha parecido bastante patética como un intento de sombra de lo que fue. Es triste que esta buena actriz tenga tan pocos títulos memorables, y que siempre esté asociada a ser una "reina del grito". Pero, siendo tan mayor ya Laurie, y cuando al principio parece un personaje lamentable, a lo largo de la película se va volviendo muy fuerte. Resulta que Laurie es una especie de Sarah Connor ("Terminator") de la tercera edad, en defensa de su hija y nieta contra el monstruo. Me ha gustado esta evolución en una película que no es precisamente larga.
Creo que lo que me ha pasado es que, como me esperaba un bodrio y resulta que no lo es, me ha gustado bastante más de lo que hubiera imaginado.