Ha sido estrenada en España directamente en televisión, y está sacada de un relato de Stephen King de una de sus más recientes recopilaciones. Esto no es buena señal para empezar, porque este tipo de adaptaciones están saliendo muy ranas últimamente (véanse “Piedad”, “Un buen matrimonio” y “Viaje a las tinieblas” por ejemplo).
Ya de por sí el prólogo, con esa horrible toma en las alcantarillas, está mal hecho y es todo un “spoiler”.
Maria Bello, una actriz con pocos títulos destacables como protagonista, hace lo que buenamente puede con lo que le han dado. Ella es lo menos malo de todo.
El actor gordo, y todos los demás, están para matarlos o desterrarlos a la cola del paro.
Como el relato original no da para un largometraje (gran error), alargan esta cosa con muchas escenas de relleno que la hacen aburrida, como el momento del ojo de cristal de la tendera esa. Para este tipo de cosas, a lo mejor sería buena idea hacer una nueva serie o una segunda temporada de “Pesadillas y alucinaciones”.
Otro problema, como siempre pasa en este tipo de adaptaciones, es que aunque intente ser más o menos fiel (que no es el caso, por lo que recuerdo de cuando leí el cuento), nunca consiguen transmitir en condiciones ni el terror ni el suspense de Stephen King. Esto es un “thriller” más que de miedo, pero da igual, no emociona lo más mínimo ni siquiera en la escena más fuerte.
Pero lo peor de todo son esas partes tan cutres en las que la protagonista habla con personas imaginarias, o directamente con su GPS. Esto es muy de King, la verdad, pero creo recordar que en esta narración en concreto no había nada de eso. Independientemente de ello, que la memoria me puede fallar, está tan mal hecho y es tan de vergüenza ajena, que solo por eso ya se hunde en el lodo.
Y otra cosa, ¿no hay demasiada luz cuando es de noche si están en el campo?
Para colmo, esa escena con Ramona es ya el remate.
Se vuelve pesada, a pesar de durar menos de hora y media, por culpa del estiramiento como chicle usado de algo que no da para tanto tiempo.
En fin, que entre unas cosas y otras se han cargado, una vez más, una buena historia.