El aprendiz de brujo es una de esas películas que tu amigo, al que tanto le gustan los rayos y cuyo actor favorito es Sylvester Stallone te recomendaría con entusiasmo. Inspirada en el mítico cortometraje El aprendiz de brujo incluido en Fantasia 2000 de Disney, al que dedica un gag memorable (dato que debo a mi amigo Alex ya que yo sí relacioné el homenaje pero pensé que ahí terminaba la relación), la película es un lugar en el que los brujos ponen los chistes malos y el espectador pone empeño en no aburrirse.

Jon Turteltaub está al frente de una película que va muy de más a menos. El planteamiento resulta más o menos interesante o, al menos, lo sificiente como para que pienses que podrás aguantarlo con facilidad. El problema es que el guion se sustenta en dicho planteamiento y a partir de ahí lo que hace es seguir adelante por inercia, sin ofrecer nada importante y amparándose en el vacío entretenimiento que nos dejan los magníficos efectos especiales y un diseño de producciión más que aceptable en lo referente a los decorados y al colorido. La banda sonora acaba de confirmar que la película va decididamente a la caza del público joven y que no va a calentarse la cabeza en desarrollar nada a sabiendas de que sus potenciales espectadores se van a conformar con un ritmo trepidante. Como digo, el problema es que el ritmo está muy bien pero no logra ocultar que debajo de las (bien rodadas) escenas de acción no hay nada.

Nicolas Cage es un mal actor. Es así, no pasa nada. Yo soy torpe haciendo malabares, me cuesta orientarme y soy un desastre en la cama, pero no cobro pastizales por ninguna de las tres cosas. Nicolas Caracartón sí cobra y lo que me jode es que no dejan de meterlo en películas de este estilo, a sabiendas de que es el actor favorito de todo un ejército de aficionados al cine que llegan como mucho a Tarantino. Aquí, como de costumbre, Cage se mete en una producción floja y nos deja una interpretación que provoca vergüenza ajena. Jay Baruchel, por contra, interpreta con una naturalidad impresionante y deja muy buenas sensaciones. Aprobado alto para un Alfred Molina que se come a Nicolas Cage en los cara a cara. Teresa Palmer está encantadora y Monica Bellucci pone sus encantos a disposición de la película, ya que lo que es minutos en pantalla tiene pocos.

Resumiendo, que es gerundio: Nicolas Cage besa a Monica Bellucci y eso es algo que me toca los huevos de sobremanera, pero centrándome en la película diré que entretendrá mucho a los jóvenes, ya que es un excelente producto puramente comercial y que en los mayores provocará admiración gracias a unos efectos especiales conseguidos, pero quedarán con la impresión de no llevarse nada a casa.